martes, 19 de marzo de 2019

DÍA MUNDIAL DEL AGUA Y HERRERÍAS


El próximo día 22 se celebra en todo el mundo el día mundial del agua propiciado por Naciones Unidas. Todavía hoy en día millones de personas viven sin agua potable –en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, la granja, la fábrica– y luchan por sobrevivir y prosperar. De eso trata la jornada.

Herrerías tiene una relación muy especial con el agua. El río Nansa cruza el municipio dividiendo en dos mitades y a la vez al río fluyen un buen número de afluentes que discurren por el territorio. El clima atlántico, que garantiza buenas pluviometrías, hace el resto.

Sin embargo, el sencillo acto de abrir un grifo en casa y que salga agua, es relativamente reciente. Una cosa es tener agua en el territorio y otra tenerlo en casa. En Herrerías es desde hace unas pocas décadas. Entre nosotros todavía viven vecinos y vecinas que tenían que lavar la ropa en el río o en los lavaderos públicos. O sacar las vacas a abrevar o, simplemente, ir a por ella a las fuentes para cocinar, lavarse o para beber.

En la segunda mitad del año pasado nos pusimos a la tarea de inventariar el estado de las fuentes–manantiales urbanas del municipio, para ver su situación. Desechamos las alejadas del casco urbano ya que su posible intervención es más problemática.

Portada del documento-inventario
Elaboramos una completa ficha de cada fuente desde el punto de vista de su localización, los aspectos hídricos, las construcciones asociadas, las amenazas y, por último, la biodiversidad del entorno.

Analizamos 27 establecimientos de las cuales un 40% están en buen estado, aunque susceptible de mejoras, un 10 % están definitivamente perdidos o no merecen la pena intervenirlos: el Alberque en Cabanzón o la Tejera en Rábago, otro 10% por reorganizaciones territoriales han pasado a ubicarse en fincas privadas, como la de Lero el Cojo en Cabanzón o la de El Solar en Rábago y, por último, otro 40% que están deterioradas.

Fuente La Cotera de Cades
Bielva, Cabanzón y Camijanes son los pueblos que mejor conservan sus fuentes, mientras en Cades y en Casamaría hay tarea para realizar. Rábago apenas conserva sus fuentes públicas.

Tripleto de El Cuesto, en Casamaría. Fuente, lavadero y abrevadero
En este trabajo nos hemos dado cuenta de que la intervención para su recuperación no es muy costosa, así que nos hemos dirigido al ayuntamiento, entregando el documento y haciéndolos una propuesta para su recuperación.

Además, hemos entregado otra copia al proyecto Culturea Cantabria, de la Red Cántabra de Desarrollo Rural, para inventariar cada fuente en sus archivos, ya que estos establecimientos están considerados patrimonio rural de Cantabria. De esta manera hemos matado varios pájaros de un tiro.

Fuente de Doñín, en Otero
Una recuperación de este patrimonio abre nuevas expectativas para el municipio, que iremos viendo en próximas entradas.

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