lunes, 29 de octubre de 2018

¡VAMOS A HACER TORTOS DE MAÍZ!


Mañana martes se desarrollará en la Ferroteca de Cades, organizado por el ayuntamiento de Herrerías, un taller de tortos de maíz, en otros tiempos menú prolífico y abundante.  


Va dirigido a los chavales que esta semana están de vacaciones. Se espera que conozcan y aprendan lo que fue una seña de identidad alimentaria de sus antepasados. ¡Buen provecho!

jueves, 18 de octubre de 2018

TALLER DE ELABORACIÓN DE TORTOS DE MAÍZ, DEL AYUNTAMIENTO DE HERRERÍAS


El ayuntamiento de Herrerías de forma acertada ha programado un taller de elaboración de tortos de maíz para el próximo día 31, en horario de 10 a las 14 horas, para niños hasta los 12 años, coincidiendo con la semana sin clase de los pequeños. El taller se desarrollará en la Ferroteca de Cades.

Decimos que nos parece acertado porque los pequeños deben conocer lo que supuso la llegada del maíz de América y la trascendencia que tuvo para sus antepasados a partir de sus abuelos, hacia atrás.

Los chavales también deben saber que antes de la llegada del maíz a Cantabria se sembraban unos cereales de invierno, la escanda y la esprilla y otros de verano, el mijo y el panizo, especies pobres de trigo y de sorgo, que daban origen a años de gran escasez de grano, provocando terribles hambrunas. El plato más común de la alimentación era un guiso de verduras –berza o repollo– cocido con algo de manteca o tocino, conocido como puchero. Las patatas todavía no se conocían.

El maíz se trae a España a finales del siglo XV. Lo traen los conquistadores españoles que llegaron a América, pero no se siembra hasta principios del siglo XVII.  La elevada productividad del maíz, frente a los cereales anteriores, produce una fiebre sembradora, de tal manera que, avanzado el siglo, prácticamente en todo Cantabria se sembraba maíz.

Este proceso se denominó la revolución del maíz. Mejoró sustancialmente la dieta alimenticia de los campesinos cántabros, desaparecieron las hambrunas y las epidemias asociadas, a la vez que por primera vez se obtenían excedentes.


Tortos de maíz. Foto; cocina de Nihacc


El maíz se comía en forma de tortas, tortos, boronas, pulientas y boronos. El grano siempre se molía en los molinos hidráulicos, muy abundantes por toda la región, para obtener harina, que era la materia prima a partir de la cual se confeccionaban los preparados anteriores.

El maíz para su sembrado necesita un clima templado que, salvo en las partes altas de la región, se daba en toda Cantabria. En nuestro valle el límite estaba en Tudanca hasta tal punto que, Polaciones que está por encima de los 900 metros de altitud, se sembraban patatas –otro alimento americano– que intercambiaban por maíz, en los pueblos de la zona baja.

Cartel explicativo de la domesticación del maíz en Cantabria

Antes de entrar en harina, nunca mejor dicho, hablaremos a los pequeños de esto, esperando que cuando finalice el taller, sean más sabios, conozcan un poco más como se alimentaban sus antepasados, a la vez que les gusten y soliciten a sus mayores, que se los hagan en casa, para sostener la tradición.

 

Cristina Ruíz  y  Alix Mercedes Sánchez


miércoles, 3 de octubre de 2018

EL CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL DE CADES


Durante bastantes años de las décadas de los cuarenta y de los cincuenta del siglo pasado, hubo un cuartel de la Guardia Civil -CGC- en Cades, a pesar de que este pueblo únicamente tenía en esos años unos 140 vecinos.

¿Cuál era la razón para qué un pueblo tan pequeño tuviese un CGC? Pues, ni más ni menos, ser área de influencia de la Brigada Machado, formada por maquis mayoritariamente del Occidente de Cantabria.

Los maquis eran ciudadanos españoles comprometidos con la república que, tras la guerra civil, se refugiaron en las montañas pensando que, la victoria de los aliados en la segunda guerra mundial, pudiese restablecerse el sistema democrático en nuestro país. No fue así y unos pudieron exiliarse y otros decidieron quedarse, donde acabaron mayoritariamente asesinados. La dictadura franquista los llamaba despectivamente bandoleros, pero ellos se consideraban luchadores por la democracia.

El franquismo los persiguió con saña y de ahí viene la proliferación de cuarteles en poblaciones pequeñas. El de Cades se ubicaba en una casa de corredera, situada en el extremo norte de un conjunto de cuatro inmuebles en hilera, del barrio La Concha, entre el de la Calle y el de San Juan y por encima del Solar, el más grande donde se encuentra la plaza y el bar. En fin, un sitio estratégico, que acogía el cuartel para entre 5 y 7 miembros. La casa ha sido restaurada hace unos años.

Casa que fue cuartel de la Guardia Civil, en el barrio La Concha de Cades
Los vecinos cuentan que vivían atemorizados. La presencia de los maquis les comprometía y ello daba lugar a diversas fechorías de la Guardia Civil donde, por aquellos años, escribieron algunas de las paginas más oprobiosas de su historia.

Año 1952. Recibo de la energía consumida en el cuartel de Cades, que pagaba el ayuntamiento
Los vecinos tenían prohibido circular por la noche sin linterna, en los bares se imponía siempre su voluntad, castigaban por nada a los vecinos a traerles carros de leña del monte Arria para calentarse…En fin, interrogatorios y palizas indiscriminadas, las confiscaciones y los abusos eran frecuentes  entre algunos miembros del cuerpo. Todo ello después de más de 12 años de haber finalizado la guerra civil.