viernes, 13 de septiembre de 2024

FORJAS DE CANTABRIA, S.L. REINOSA

 

Forjas de Cantabria S.L. tuvo su origen en el taller de estampación, segregado y privatizado prematuramente, de la Sociedad Española de Construcción Naval –SEdeCN- de sus instalaciones en Reinosa, en 1968. Para ello se aprovechó la coyuntura del proceso de integración de la factoría reinosana en Astilleros Españoles S.A. para vender la actividad del taller a la Farga Casanova, S.A.

Letrero anunciador de la empresa

Prematuramente porque las grandes privatizaciones industriales llevadas a cabo en nuestro país por gobiernos conservadores, tuvieron lugar décadas más tarde, entre 1996 y 2004.Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_Estatal_de_Participaciones_Industriales , hasta tal punto que la SEPI, sustituta del INI, se quedó en cuadro.

La Farga Casanova, S.A. –FCSA-, fundada en 1924, era una importante empresa de forja que disponía de cuatro factorías; tres de ellas en Campdevànol y la cuarta en Ripoll. Sus fabricados estaban muy ligados a la potente industria automovilística catalana de principios de siglo XX.

Logotipo de la antigua Farga Casanova 

Tuve oportunidad de visitar la factoría de Reinosa a principios de los años 80 y su parque de maquinaria me dio una inpresion de obsolescencia. De un lado, apenas se había invertido en los últimos años en su renovación y, del otro, pareciera que lo que realmente interesaba a FCSA era la compra de un mercado y no de un establecimiento industrial.

En 1986 se constituye la Sociedad Limitada Forjas de Cantabria –FCSL-que al año siguiente se integraría en la nueva sociedad.  

En 1987 FCSA presentó expediente de suspensión de pagos con una deuda superior a los 7.000 millones de pesetas, como paso previo a una probable liquidación que dejará los activos en manos de nuevas sociedades. De ahí nació Comercial de la Forja, S.A. -Comforsa-, que se hizo cargo de los mismos, con ayudas de los gobiernos de la Generalitat de Cataluña y del Gobierno de Cantabria, esta última a través de Sodercán.

La factoría de Reinosa disponía de cuatro naves adosadas entre ellas y, en su parte frontal, un edificio de oficinas, laboratorios, vestuarios... En total 6.000 m2 de superficie cubierta, en régimen de alquiler.

Vista frontal y lateral de FCSL 

Su actividad principal era la fabricación de cigüeñales, ejes delanteros y árboles de levas destinados al sector automoción y la fabricación de matrices para estos mismos materiales.

Su parque de maquinaria último constaba de:

-       3 martillos de contragolpe de diferentes capacidades.

-       3 prensas neumáticas de diferentes potencias

-       Hornos de recalentamiento

-       Hornos de tratamiento térmico

-       Una Copiadora

-       Una fresadora universal

-       Un torno

-       Comprensores de diferentes capacidades para las prensas

-   Varios puentes grúa, polipastos y carretillas para mover materiales.

El procedimiento era relativamente sencillo. Partiendo de una barra, lingote o palanquilla, se calentaba a la temperatura de trabajo en los hornos de recalentamiento para, posteriormente, a través de martilleo o prensado ir deformando el material hasta conseguir la pieza deseada. Para ello se disponía de una matriz formada por dos estampas. La inferior fija y la superior que recibía la presión de los golpes o de la prensa, hasta conformar la pieza desea.

Las piezas fabricadas por este sistema producían un exceso de material -rebabas- que había que eliminar y posteriormente someterlas a un proceso de mecanizado. Los hornos de tratamiento térmico servían para dar a los aceros de las piezas las características deseadas.Mediante procesos térmicos se consigue estabilizar el producto, endurecerlo o, por el contrario, proceder a su revenido para rebajar su dureza.

Cigüeñal de Comforsa_Reinosa,dispuesto para mecanizar 

En 2016, Comforsa, participada en ese momento en un 98% por Avançsa, el holding industrial de la Generalitat, y en un 2% por la empresa pública cántabra Sodercán, llegó a un acuerdo con esta última para vender la empresa reinosana por un euro. De esta forma, la propiedad pasaría a la plantilla que en ese momento la formaban 22 trabajadores.

Esta aventura tenía sus riesgos. Comforsa debería garantizar asistencia comercial, un nivel determinado de cartera de pedidos y asistencia técnica, sabiendo que Comforsa seguía y sigue siendo una empresa pública.

El posterior descubrimiento de una deuda antigua con la Seguridad Social atribuida a Comforsa, entorpeció considerablemente la marcha de FCSL, hasta tal punto que tras una sentencia decidió llevar a cabo el expediente de extinción de los contratos de toda la plantilla. Esto ocurría en 2021 y afectaba a los 24 trabajadores. Se sabe que posteriormente la maquinaria fue subastada. Era el fin de la aventura después de 56 años.

Visto con la perspectiva del tiempo pasado, el viejo taller reinosano núnca tuvo una situación plácida en lo económico y en lo  industrial. Fue un error segregarle del resto del complejo industrial donde, tanto en su faceta pública como en la privada, podría haber estado más protegido.

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