Desde 1890 existía
una cordelería para la confección artesanal de hilos y cuerdas que luego se
usaban para fabricar o reparar los aparejos y artes de pesca, para la gente de
mar. La principal materia prima con la que se elaboraban los diferentes hilos
era el cáñamo que presumiblemente procediese de alguna localidad alicantina.
El consumo de materia
prima en la década de los años cuarenta, era de 1,25 toneladas de cáñamo rastrillado
mensual y unas 5 toneladas de hilazas al año. Disponía de una plantilla de 5 obreros
y un aprendiz. Hacían cuerda desde 1 hasta 40 m/m de diámetro, para los
diferentes aparejos de pesca. Las ventas anuales se cifraban en unas 100.000
pesetas.
El taller artesanal
estaba situado en la calle Tetuán no 8 y la tienda de venta de los efectos de
pesca se encontraba en la calle Peña Herbosa nos 17 a 19. Hay que entender el
contexto de este negocio. Hasta la construcción del barrio pesquero a partir de
la década de 1950 y la construcción de la nueva lonja en la calle Marqués de la
Hermida en 1963, el epicentro de las actividades pesqueras estaba en torno a la
dársena de Molnedo o Puerto Chico.
Membrete de las cartas de la empresa |
En esta zona estaban
los barrios pesqueros – Tetuán y San Martín- el puerto pesquero, la almotacenía,
los talleres de carpintería de ribera y, por estar, hasta se encontraba la Estación
de Biología Marina. En este entorno nuestro taller tenía todo el sentido.
Era un taller artesanal donde los diferentes cordeles elaborados se hacían mediante una rueda de unos 120 centímetros de diámetro. La rueda se apoyaba sobre un caballete provisto de varios carretes para sujetar los hilos o hebras y éstas, al ser retorcidas y girar sobre si mismas, iban formando los cabos. La operación requería de al menos dos personas: un hilador y su ayudante que hacía girar la rueda. En los puertos de Galicia, estas operaciones las hacían las mujeres.
Se podían cablear cabos de diferentes diametros hasta conseguir cordeles del diámetro requerido. Esta tecnología estuvo muy implantada
en algunos puertos pesqueros durante la primera mitad del siglo XX, como en Moaña,
en la ría de Vigo, donde se conserva un pequeño museo al aire libre, que conozco.
Rueda de hacer cuerda, similar a la que utilizarían en nuestra cordelería(1) |
Volviendo a nuestro taller a la muerte de M. Eléxpuru, le sustituye su viuda Benita Ibanguengoitia Maruri para, finalmente en 1943, ceder el negocio a María Dolores Goiría Azqueta. De ahí el nombre de sociedad: sucesora de la viuda de Eléxpuru. Vamos, que entre vascos, estaba el juego.
Firma de la propietaria final de la cordelería |
A partir de los años
60, con la competencia de otros materiales sintéticos como el nylon, el uso de
máquinas, cada vez más automatizadas, y la llegada al mercado de nuevas artes
ya elaboradas, hicieron que esta actividad dedicada a la producción artesanal
de hilos y cuerdas desapareciese progresivamente.
BIBLIOGRAFÍA.
- (1) https://ailladosratos.org/es/las-carreiras-de-meira-ii-2023/
- Archivo Histórico
Provincial de Cantabria. Fondo de Industria. Sección de bajas. Caja 150. Expediente
3.386.
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