José Juan Martínez Reyes es uno de los escasos escultores
que trabajan la pasta de caña de maíz en México. Esta técnica ya explicada en
otra entrada de este blog, concretamente el 3 de diciembre del pasado año, bajo
la etiqueta de historias del maíz.
José Juan, residente en Pátzcuaro, epicentro de esta técnica
prehispánica, nos atendió durante toda una mañana en su domicilio, donde tiene
el taller de escultura y parte de su obra que no está en venta.
Recibimos una explicación de su proceso, ya que existen varias técnicas al respecto. La de José
Juan consiste básicamente en cortar las cañas de maíz, hervirlas con algún
fungicida natural para eliminar los posibles insectos contenidos en las mismas
y descortezarlas, una vez secas, para utilizar únicamente la médula. Con
estas médulas se hacen manojos, utilizando como elemento pegante la baba de
nopal, dándoles las formas que tendrá la futura escultura. De esta manera tendremos
la estructura.
Paralelamente se muele la medula de caña que, mezclada nuevamente con la baba de nopal, se
va incorporando a la estructura anterior hasta darle la forma deseada. Este
proceso es muy lento y tedioso ya que la incorporación de la pasta se hace por
capas y hay que dejarlas secar entre la incorporación de unas y otras.
Las cabezas de las figuras y las extremidades - pies y manos- se moldean aparte y se ajustan mediante encajes de madera.
Una vez finalizada la escultura se forra con tela de lino o
con venda, pegada con cola de conejo. Por último se le da una mano de blanco de España o yeso
mate hasta que tape las arrugas o las orillas de las telas, para posteriormente
pintarles al oleo.
Con José Juan ante un cristo de 1.65 mts., en construcción |
Expertos de la Universidad de Sevilla financiados por la
AECID están intentando “recuperar las técnicas tradicionales y aplicarla a la
imaginería actual, al objeto de recuperar oficios tradicionales, reactivar la
industria, generar puestos de trabajo y abrir un campo que posibilitaría
realizar prototipos de gran calidad”. Ver comunicación en http://www.todopatrimonio.com/pdf/cicop2010/96_Actas_Cicop2010.pdf.
La materia prima apenas tiene coste alguno, sin embargo el
proceso es excesivamente lento, por lo que estas piezas son muy caras y apenas
pueden verse en iglesias, museos o en casas de gente pudiente. Una iniciativa
como la de los expertos sevillanos debe tener éxito, toda vez que pudieran
popularizarse estas técnicas y hacerlas más asequibles al público.
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