martes, 5 de marzo de 2013

UNA MAÑANA CON EL ARTISTA JOSÉ JUAN MARTÍNEZ

José Juan Martínez Reyes es uno de los escasos escultores que trabajan la pasta de caña de maíz en México. Esta técnica ya explicada en otra entrada de este blog, concretamente el 3 de diciembre del pasado año, bajo la etiqueta de historias del maíz.
 
José Juan, residente en Pátzcuaro, epicentro de esta técnica prehispánica, nos atendió durante toda una mañana en su domicilio, donde tiene el taller de escultura y parte de su obra que no está en venta.     

Parte de la obra de José Juan: imaginería religiosa y civil
 
Recibimos una explicación de su proceso, ya que existen varias técnicas al respecto. La de José Juan consiste básicamente en cortar las cañas de maíz, hervirlas con algún fungicida natural  para eliminar  los posibles insectos contenidos en las mismas y  descortezarlas, una vez secas,   para utilizar únicamente la médula. Con estas médulas se hacen manojos, utilizando como elemento pegante la baba de nopal, dándoles las formas que tendrá la futura escultura. De esta manera tendremos  la estructura.
 
Paralelamente se muele la medula de caña que,  mezclada nuevamente con la baba de nopal, se va incorporando a la estructura anterior hasta darle la forma deseada. Este proceso es muy lento y tedioso ya que la incorporación de la pasta se hace por capas y hay que dejarlas secar entre la incorporación de unas y otras.
 

Cabeza de un cristo y José Juan ajustando una mano a un cristo
Las cabezas de las figuras y las extremidades -  pies y manos- se moldean aparte y se ajustan mediante  encajes de madera.
 
Una vez finalizada la escultura se forra con tela de lino o con venda, pegada con cola de conejo. Por último  se le da una mano de blanco de España o yeso mate hasta que tape las arrugas o las orillas de las telas, para posteriormente pintarles al oleo.
 
Con José Juan ante un cristo de 1.65 mts., en construcción 

Expertos de la Universidad de Sevilla financiados por la AECID están intentando “recuperar las técnicas tradicionales y aplicarla a la imaginería actual, al objeto de recuperar oficios tradicionales, reactivar la industria, generar puestos de trabajo y abrir un campo que posibilitaría realizar prototipos de gran calidad”. Ver comunicación en http://www.todopatrimonio.com/pdf/cicop2010/96_Actas_Cicop2010.pdf.
 
La materia prima apenas tiene coste alguno, sin embargo el proceso es excesivamente lento, por lo que estas piezas son muy caras y apenas pueden verse en iglesias, museos o en casas de gente pudiente. Una iniciativa como la de los expertos sevillanos debe tener éxito, toda vez que pudieran popularizarse estas técnicas y hacerlas más asequibles al público.


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