El pasado miércoles
despedimos a Isidoro Sánchez. Fue una expresión de dolor de la mayor parte de
los vecinos que quisieron despedirle y acompañar a su familia.
Isidoro era un buen
hombre y un buen padre de familia. Su faceta artística ya la hemos descrito en
algunas entradas de este mismo blog. Reconocer que un hombre que no ha
estudiado dibujo sea capaz de elaborar los volúmenes de sus tallas con tanta
perfección, no debe ser tarea fácil.
Que haya pasado miles
de horas resguardado por el contrafuerte de su casa, de los vientos del
norte, dando forma a la madera, nos habla bien de un hombre peculiar, que ha
tenido el apoyo de su familia, para desarrollar ese hobby. O observar la
fachada de su casa repleta de útiles e instrumentos antiguos colgados en un desorden
armonioso, parece más la casa de un genio que la de un campesino. En ello ha
tenido mucho que ver el apoyo de Marta, su mujer.
Isidoro en su rincón |
En esa fachada también cuelga una piedra que le entregamos y que tuvo el honor de instalar. Se trataba de una piedra labrada, correspondiente a un homenaje fallido que no pudimos realizar. La piedra labrada contiene un diseño nuestro, de Alix M. Sánchez, recogiendo la rueda de un antiguo carro chillón y las viejas herramientas entrecruzadas, con las que se trabajaba la madera. Tanto la piedra como el labrado de la misma se realizó en Colombia, desde donde la trajimos.
La piedra del homenaje |
El mismo día de la
despedida escribimos un pequeño recordatorio en nuestro blog. Nos ha
sorprendido que el mismo haya sido compartido más de cuarenta veces y haya sido
leído por más de 1.700 personas, más de tres veces la población actual de
Herrerías. Jamás una entrada en nuestro blog había tenido semejante audiencia,
lo que prueba lo querido que era y es la familia Sánchez-Dosal.
Le echaremos mucho de
menos a Isidoro, pero lo que ahora toca es arropar a la familia.
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