A nuestro amigo José M. Huetos,
que
se ganó la vida trabajando en
Telefónica
y que ahora disfruta de ella
Hace setenta años los cables de telecomunicaciones, aquellos que nos permitían establecer una conversación entre dos puntos muy alejados, no tienen nada que ver con los actuales.
Empezando
por los hilos conductores de cobre que se aislaban con pulpa de madera o con
papel y su cubierta exterior era de plomo. Todavía no se habían inventado los
polietilenos como material aislante de los mismos y las cubiertas metálico plásticas;
la combinación de capas de aluminio y/o acero recubierto de una capa final de
PVC.
Recubriendo de plomo un nucleo telefónico (1) |
La fragilidad de aquellos aislantes propiciaba el fenómeno conocido como diafonía. Se trataba de la perturbación electromagnética producida en un canal de comunicación por el acoplamiento de este con otro u otros vecinos. ¿Quién no recuerda los ruidos muy intensos escuchados en algunas conversaciones telefónicas e incluso el acoplamiento de otras conversaciones que tenían lugar en circuitos próximos al nuestro ¿ Estas perturbaciones se producían con más intensidad en los días lluviosos porque la humedad hacía descender la resistencia del aislamiento y facilitarlas.
En teoría los cables con cubierta de plomo eran estancos. Además, desde las centrales telefónicas eran presurizados, es decir, por medio de unos comprensores se les insuflaba aire que permanecía estanco dentro del cable.
Unos
manómetros situados igualmente en las centrales median la presión del aire
dentro del cable. Los operadores de las centrales tenían entre sus múltiples
funciones la de controlar esos manómetros. En caso de descenso de la presión
alertaba de alguna anomalía en el cable, incluida su rotura.
Manómetros de una C.T. para medir la presion de los cables. Imagen de la Fundación Telefónica |
En el 2018, decidí donar algunas fotografías de la antigua fábrica de cables de Standard Eléctrica, S.A. y algunas muestras de cables, de mi paso por esta empresa, al Centro de Interpretación de la Industria en Cantabria, situado en los Corrales de Buelna.
(1) En la fotografía se observan tres prensas. El núcleo del cable se encuentra en una habitación anterior. Un horno junto la prensa va fundiendo los lingotes de plomo, que se observan correctamente en la segunda prensa sobre una mesa metálica. La prensa extruye el plomo derretido sobre el núcleo telefónico, el cable pasa por una especie de piscina con agua para su enfriamiento mientras, el operario que está sentado, con la mano derecha incorpora las vueltas correctamente sobre la bobina de madera y con la izquierda y sobre su hombro dispone del mando para dar más o menos velocidad al cabrestante de tiro de la bobina de madera
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