El pasado martes día
10 estuvo lloviendo con buena intensidad en el Nansa medio, hasta tal punto que
el embalse de Palombera, que estaba a mitad de su capacidad por las obras de
construcción del ascensor para salmones, se vio obligado a abrir las compuertas.
Viendo la fotografía
del Diario Montañés, se adivina que, con el canal de derivación a plena
capacidad, parece que, en algunas zonas de la presa, el agua se desborda,
debido a la cota alcanzada.
Compuertas abiertas durante el pasado miércoles. Fotografía del Diario Montañés |
Ante esta situación,
abrir las compuertas era lo más lógico, teniendo en cuenta que los perjudicados iban a ser ellos mismos. En la parte baja de la presa y para las obras del
ascensor y de la minicentral hidroeléctrica, tenían a docenas de trabajadores
sobre el terreno, con su maquinaria, vehículos diversos y los materiales
depositados sobre la zona.
Aunque hayan podido salvar
lo máximo posible mientras el embalse se llenaba, los destrozos causados sobre
la obra son cuantiosísimos, hasta tal punto que la misma se ha parado. Se ha
perdido maquinaria, diversos materiales y sobre todo los caminos construidos
sobre el cauce para el movimiento de maquinaria y vehículos.
Las obras la semana pasada |
En este sentido no
hemos entendido muy bien la polémica suscitada por la apertura de las compuertas
de la presa. Lo vienen haciendo toda la vida con la salvedad que esta vez las victimas han sido ellos mismos.
El paisaje después de la apertura de las compuertas. Fotos de hoy viernes |
La obra, que tenía un
plazo de entrega de cuatro meses, no se va a cumplir y además tiene mala pinta su
continuidad, si el otoño viene lluvioso. Estaremos atentos.
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