domingo, 6 de mayo de 2018

AUGE Y DECADENCIA DE EL ARRUDO II


A todos los matrimonios
que se iniciaron en El Arrudo


A la actividad anterior, habría que sumar la comercial, añadiendo a las tres tiendas, la carnicería en la parte derecha de la tienda de Cosme y el matadero-carnicería de enfrente. Las renoveras se acercaban en las líneas hasta el Arrudo para la compra–venta de productos y para entregar encargos que los vecinos las hacían. También en el Arrudo se repartió el racionamiento que duró hasta 1952.
Grupo de mujeres esperando en El Arrudo.
Los vendedores de pescado también se acercaban a comercializar sus productos. Los vecinos disponían de los servicios de zapatero remendón, taller de reparación de bicicletas y costurera, ambos en la actual casa de Jesús Fernández y el servicio de molturación en el molino El Milagro, el cual se encontraba junto al río Nansa y en contra de lo que pudiera parecer, éste no usaba su agua sino la de un arroyo, El Berrellín, la cual llegaba a través de una surgencia.
Detrás del matadero existió una tejera temporal donde los tamargos de la zona de Llanes se desplazaban a fabricar tejas y ladrillos. Trabajaban desde marzo hasta septiembre y manejaban una jerga para entenderse entre ellos, denominada xíriga. Disponían de tejavana y horno para cocer los productos elaborados. Durante su estancia en el Arrudo se quedaban a dormir en la casa molino del Milagro y en Bielva.


Se puede afirmar que las Casonas de Cosme y de Vicente, son los antecedentes de los modernos centros comerciales, donde se podían adquirir productos y servicios heterogéneos. En esta ultima, durante algún tiempo, Saltos del Nansa  tuvo una oficina. 
Por si esto no fuera suficiente los niños de Cades, en una cifra superior a los 30, se bañaban debajo del puente y, detrás de la tienda de Vicente, había una surgencia conocida como la Fuente de Cades, donde las mujeres de este pueblo lavaban la ropa. 
Toda esta actividad convirtió al Arrudo en un centro neurálgico de gran importancia económica, que superaba con creces la del municipio. Este periodo duró casi medio siglo.
La decadencia se inicia a partir de la década de los 70, propiciada por un conjunto de factores entre los que caben destacar la generalización de la automoción, los procesos migratorios rurales y la decadencia del sector agrario a partir esa década. La puntilla la dio en cierre del viejo ayuntamiento y posterior traslado al nuevo, acaecido en 1997. 

Estos procesos económicos son normales; todos los emporios económicos tras un periodo de auge, le continua otro de decadencia, que coincide con el actual de El Arrudo.
En esta historia existe una enseñanza muy clara: como el simple trazado de un puente –el inicial de madera-  desencadena una serie de inversiones, que convierten un lugar yermo, en un centro de gran importancia socio–económica, a mitad del siglo XX.

Resumen de las actividades que se desarrollaban en El Arrudo


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