Los cronistas de indias, han
dejado escritas muchas páginas de las
circunstancias, costumbres y formas de vida de los pueblos originarios del
continente americano. Estas crónicas son fuentes históricas en las que dejaron
constancia de los avances culturales y
científicos, de los grandes acontecimientos, de los ritos, las ceremonias, la historia,
la cronología… de las importantes civilizaciones prehispánicas. Son parte
importante de la historia de muchos
países americanos.
La llegada de
los españoles a América supuso el intercambio de productos entre los dos
continentes y con el resto del mundo. De América trajimos el maíz, las alubias, las patatas, los pimientos, la calabaza, el cacao…
y llevamos el trigo, la cebada, el
centeno, la vid, el olivo, las lentejas,
los garbanzos, las berzas, las habas….
Es fácil
suponer que nuestros conquistadores tenían que habituarse a comidas locales confeccionadas con productos que
desconocían. Los escritos y los códices nos permiten conocer los productos con los que les agasajaban. Hemos encontrado
en el Lienzo de Tlaxcala
un par de pinturas que queremos presentar.
Este códice, es posterior a la llegada de los españoles; es lo que se conoce como
un códice colonial. Está fechado
hacia 1540.
Pintura sexta del Lienzo de Tlaxcala |
En este dibujo se
observa la entrega de un presente a Hernán Cortes por parte de los tlaxcaltecas en su camino hacia la gran
Tenochtitlán. Al fondo vemos a Hernán Cortes, a la derecha los soldados
españoles con sus armaduras, en el centro la Malinche –esclava regalada a
Cortes que le sirvió de intérprete y amante, con la que tuvo un hijo– actuando de interprete y a la izquierda los
señores Tlascales ofreciendo comida.
El ofrecimiento
consta de un cesto con tortillas de maíz, otro cesto con tamales, dos aves
enjauladas y tres pavos, llamados guajolotes.
Los pavos son aves de origen mexicano.
Pintura vigesimoctava del Lienzo de Tlaxcala
|
En esta pintura
la disposición es parecida a la anterior; Hernán Cortes sentado, la Malinche a
su lado. A mano izquierda los españoles con escudos, las lanzas y los
caballos y, a la derecha, los señores
locales haciendo los honores a Hernán Cortes, mediante la entrega de alimentos.
Sobre el suelo cestos de tortillas de maíz, cestos de tamales, aves ensartadas y pavos vivos.
A la izquierda
se observa en pequeñito a un español dando forraje y maíz a los caballos y al
fondo, a la derecha, aparecen dos trojes
–depósitos de madera para el secado del maíz– llenos de mazorcas
Ambas pinturas
reflejan la importancia del maíz en la alimentación centro americana y lo
pronto que tuvieron que habituarse los españoles a ella, degustándola en forma
de tortillas y de tamales de maíz.
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