El puente del Arrudo, esa estructura que permite a la carretera cruzar el rio Nansa para llegar a Sobrelapeña o, en dirección contraria, a Peñamellera Baja, está de aniversario al cumplir 100 años de su construcción, según nos cuenta la marca del pretil izquierdo, en dirección Cabanzón.
Este puente sustituyó
a uno anterior construido en madera, unos 70 metros más al sur, con maderas de
roble de los montes públicos de Rábago y Cades y mediante suscripción popular.
Se construyó para sustituir un paso de barca de funcionamiento muy irregular y
fue un ejemplo de colaboración vecinal digno de encomio, que ha dado lugar a
una exposición que instalamos en Cades en el 2018 y más recientemente, a una
publicación.
La tipología elegida
para el puente; tres bóvedas rebajadas o escarzanas de 15m de luz, estuvo
determinada por la rasante de las carreteras que confluyen en este punto.
Por él, como todo
buen puente que se precie, ha pasado por diferentes vicisitudes. La primera
durante la guerra civil. Una vez tomada Santander por las tropas fascistas a
finales de agosto de 1937, muchos republicanos se replegaron hacia Asturias,
todavía fiel al gobierno de la República. En esa huida, la retaguardia iban volando los puentes
para impedir el avance de sus perseguidores.
En nuestro entorno
ocurrió con los puentes de Pesués, de Puentenansa, con el de Unquera y también
con nuestro puente del Arrudo. Fueron
destruidos los tímpanos, los pretiles y los aristones del arco de la margen
derecha, y también se desplomaron los tímpanos del arco central. Fue reconstruido
meses más tarde.
Reparación de la voladura del puente en 1937. Biblioteca Digital Hispánica
En las décadas de los 50 y 60, este puente fue testigo de los paseos furtivos de los enamorados que salían de los salones de bailes contiguos y del ajetreo de la zona entorno a las paradas de líneas de buses, la bolera y las tiendas anexas. Era la época dorada del Arrudo
La segunda vicisitud trata
de 1999, en la que se decidió ampliar el puente. Para ello fue necesario el
vaciado del mismo hasta los tímpanos y el saneamiento y sellado de las grietas.
Después se rellenaron las bóvedas con hormigón en masa, formando un núcleo del
que salen por cada lado dos voladizos, que conforman la plataforma ampliada,
tal como la conocemos hoy.
La estructura que
ahora se observa es un puente de 76 m. de longitud y 9.50m de ancho construido
con piedra de sillería y mampostería concertada y hormigón en la parte
renovada. En toda la longitud del puente fue sustituida el pretil de sillería
por una barandilla metálica continua, que alivia el peso original.
El puente actualmente , tras la intervención de 1999
En este aniversario,
deseamos una larga vida al puente del Arrudo.
Que bonito reportaje y que bonita historia, gracias
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