Cuando
el pasado mes de febrero nos propusimos hacer un homenaje durante este año a
nuestro vecino de Cades, Isidoro Sánchez, nadie intuía la pesadilla en la que
nos encontramos; atravesando una pandemia que no nos está dando tregua alguna y, además, nos está generando
muchas dificultades a la hora de reanudar actividades a las que estábamos
acostumbrados.
Las
razones que explicaban el homenaje las dábamos en una primera circular. Este
importante legado de Isidoro creemos sirve, para entender las formas
de vida de los más mayores que todavía nos acompañan y de todos los antepasados, a los que les debemos hoy lo que somos. En definitiva, son la memoria de las actividades campesinas desarrolladas en la parte baja del valle del Nansa.
La
nueva normalidad decretada desde el pasado 21 de junio, después de un largo periodo
de confinamiento, nos parecía que podíamos retomar el tema, pero los
acontecimientos de estas últimas semanas, en cuanto a las nuevas cifras de
brotes y de contagios, nos obligan de acuerdo con algunos vecinos y a las
recomendaciones de las propias autoridades, a posponer sine díe el
descubrimiento de la piedra que cerraría el homenaje a Isidoro.
Sin embargo, vamos a aprovechar para repartir la publicación entre aquellos vecinos del municipio y de las instituciones, que apoyaron desde el principio la idea del homenaje.
Esperamos
disfruten con las tallas de Isidoro y, a los más mayores, les traigan recuerdos
de algunas actividades, ya en desuso, que les sirvieron para sacar sus familias adelante.
Isidoro bien se merece un homenaje, por su trabajo en conservar la forma de vida del pueblo en forma de tallas, es un museo etnográfico en toda regla, si tuviese más espacio sería estupendo.
ResponderEliminarGracias Isiforo.
Mari, ya lo creo que las composiciones escultóricas merecen la pena estar en un sitio público, que sirviesen de estudio a las nuevas generaciones y de recuerdo a los más mayores. Son la memoria viva de las formas de vida de la parte baja del valle del Nansa.
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