La idea del
aprovechamiento integral de la cuenca del río Nansa se debe al ingeniero
burgalés Alberto Corral, que ejercía como tal en la Jefatura de Obras Públicas de
Santander.
Aunque la concesión
de derivación de los caudales del río datan de 1926, la constitución de la sociedad
Saltos del Nansa S.A. no se hace hasta 1941, justificándose para suministrar
energía eléctrica para usos industriales, en concreto, para las factorías de
Nueva Montaña Quijano de Santander y de los Corrales.
Hubo que construir la
presa de la Cohilla, que es la infraestructura más relevante de todo el
aprovechamiento y la reguladora de todo el sistema. Se construyó en el cañón de
Bejo.
Para la construcción
de la presa de bóveda de 166 metros de altura, hubo que desviar la carretera,
que como hemos visto en la entrada anterior, discurría paralela al río y desviarla
hacia la derecha alejándola del mismo, hasta remontar el collado de Pantrieme.
En rojo, ubicación de la presa y el trazado de la nueva carretera. En negro el trazado de la vieja. |
A partir de aquí se
excavó en las faldas de los montes de la Cohilla y del río Loya, a unos 40 metros por encima del nivel de la carretera vieja, hasta unirse ambas en el kilómetro 13. En total unos dos kilómetros de desvío.
En la parte baja la carretera vieja. En la parte alta el trazado de la nueva
Los restos de la antigua carretera y de algunos de los inmuebles que existían a los costados, es posible observarlos en verano, cuando las aguas del embalse están bajas.
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