viernes, 2 de noviembre de 2018

HOYO DE LOBOS DE MATAJIGARES, EN CADES


Ayer, día de todos los Santos, aprovechando que hacía buen día, nos desplazamos a ver el hoyo de lobos de Matajigares. Esta trampa tuve ocasión de conocerla hace unos treinta años. Me puso sobre la pista Vicente Obeso, hombre culto y jovial, ya fallecido, que al estar detrás de la barra del bar de Cades, le permitía recibir mucha información y transmitirla. El resto lo pusieron los mapas de Servicio Geográfico Nacional, que denomina a la zona Pozobal, contracción de pozo lobal o pozo de lobos.

Aquellas visitas me dieron para escribir un reportaje sobre este tipo de trampas, que publiqué en el diario Alerta, cuando ese periódico todavía se podía leer.

Vista del hoyo de lobos
En tiempos pasados, la permanente lucha liberada en el medio rural para conseguir el control de los animales silvestres, que se consideraban perjudiciales -osos y lobos fundamentalmente-, fue titánica. De esa lucha quedan restos de antiguas construcciones, solidas trampas para enfrentarse a estos predadores, conocidos como chorcos o callejos de lobos y los hoyos. Estas trampas son los restos de un modo de combatir primitivo que exigía un alto grado de compromiso colectivo, que finalizó en el siglo XIX.

Detalle de los muros del hoyo
El hoyo de Matajigares se encuentra en la sierra La Collada, en su vertiente sur, encima del río Latarmá, y próximo a la raya de separación con Peñamellera Baja, municipio perteneciente a Asturias. Es un cuadrado de unos 4 metros de lado y, posiblemente, otros tantos de profundidad. Esta construido con mampuestos trabajados, conserva los cuatro muros, casi ocultos por la vegetación y únicamente las caras norte y sur, presentan algún desprendimiento. Se encuentra a una altitud de 531 metros.

También conserva fragmentos de los muros que confluían en el hoyo, aunque separados de éste. Estos muros trazados en forma de V servían para encajonar al lobo mientras se corría, para precipitarlo en el hoyo y finalmente darle muerte.

Trozo de muro de la empalizada
El hoyo se encuentra en un paraje kárstico, lleno de depresiones y dolinas y rodeado de vegetación, formada por hayas, robles, encinas, avellanos y acebos. Se puede acceder a él desde la pradería de Cades, la Venta de Fresnedo o, bien, por Casamaría. Nosotros esta vez lo hemos hecho por este último lugar. Las pistas permiten acercarte en coche hasta un punto, para después en una hora de caminata llegar hasta él.

A media distancia, se observan dos trozos de empalizada entre la vegetación
El motivo de la visita es para proponer al proyecto Culturea Cantabria de la red Cántabra de Desarrollo Rural -redcantabrarural.com/rcdr/proyectos/culturea-cantabria/, el inventario de este importante recurso para su posible recuperación. Este inventario sirve también para, a través de la red, ponerlo en valor como patrimonio rural y cultural.

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