Conservo un episodio respecto al hoyo, que merece la pena contar. En aquel tiempo - sin precisar, a finales de la década de los 80- que hice el reportaje, me visitó en
Cades, Patricio Guerin Betts, un monje cisterciense del monasterio de Viaceli de Cóbreces, que hacen un queso muy rico. Patricio era de
origen irlandés y se había especializado en investigación histórica sobre tradiciones populares.
Había publicado en el
Anuario del Instituto de Etnografía y Folklore Hoyos Sainz, en su volumen I de 1969,
un trabajo sobre El callejo de lobos de
Sardanda, situado entre Novales y Rudagüera y quería conocer el hoyo de Matajigares.
Patricio que ya pasaba de
los 70 años, -murió en el 2002 con 92 años- eligió un buen día de verano y nos
pusimos a la tarea. Subimos por la pradería de Cades, remontamos la sierra La Collada,
para descender hasta el hoyo. La vuelta la hicimos por la Venta de Fresnedo. Le
gustó el hoyo y certificó efectivamente que era una trampa para cazar lobos.
Situación del hoyo |
El padre Guerin |
Al estar en verano
significaba que la vegetación estaba en su máximo esplendor. Era y sigue siendo una
zona de argomas y helechos. Estos últimos nos llegaban prácticamente hasta los hombros. Para remontar la sierra
y descender hasta el hoyo no había caminos, así que lo hicimos campo a través y Patricio
en sotana.
Aunque no se quejó,
creo que por la edad la excursión le resultó algo penosa. Posiblemente y en su condición de monje estaba entrenado en los sacrificios de su vida monástica, que completaba con ese carácter de los viejos investigadores, que entienden que no hay resultados sin renuncias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario