La
industria molinera en Cantabria ha tenido una gran importancia debido a varias razones. Nuestro clima atlántico
permite que ríos y arroyos dispongan de agua suficiente, al menos durante unos
seis meses al año, para mover los ingenios que molían los granos; son los
denominados molinos de río.
Además,
nuestra costa presenta gran variedad de depresiones del terreno que permiten la
entrada de las aguas del mar al impulso de las mareas crecientes formando rías
y marismas. Estas marismas fueron idóneas para utilizar las mareas del mar en su constante flujo y
reflujo sobre las costas. El sistema
consistía, en cerrar partes de la marisma,
que permitían retener el agua durante la pleamar, para que durante la bajamar y
aprovechando los desniveles generados, producir el flujo necesario para mover
las maquinas. A estos se les conocía como molinos
de marea.
Por último y a lo largo de más de un siglo desde finales del siglo XVIII, las aguas del Ebro y del Besaya molieron cantidades formidables de trigo procedente de Castilla y con destino al puerto de Santander. Era lo que se denominaba el camino de las harinas.
El primer tramo o Camino de Reinosa, que atravesaba lo que sería la provincia de Santander de norte a sur, sirvió como eje industrial para numerosas empresas, sobre todo la industria harinera, que lo utilizaban para transportar sus mercancías a Santander, ya consolidado como centro mercantil, para su exportación a América.
Estas fábricas harineras eran modernas, dotadas de las afamadas piedras francesas y cilindros centroeuropeos, con sistema integrado de molienda y cernido. Nada que ver con los molinos de maquila.
Los molinos de río y los de marea molían fundamentalmente trigo y sobre todo maíz, que era el recurso panificable por excelencia. Sin embargo, la industria harinera del camino de las harinas lo hacía exclusivamente sobre el trigo.
En posteriores entradas iremos desarrollando estos tres apartados y verificando la importancia que tuvo esta industria en nuestra región, sin entrar en consideraciones tecnológicas e históricas de estos ingenios hidráulicos. Para esto les invitamos a visitar el blog: http://litoralatlantico.blogspot.com.es/ y las Webs http://www.tajamarasociacion.com/, http://www.molinosdemarea.com/, que dirigen nuestros amigos Luis Azurmendi y María Ángeles Gómez Carballo.
Molino de marea de la Ría de la Venera, en Bareyo. Dibujo de Luis Azurmendi. |
Por último y a lo largo de más de un siglo desde finales del siglo XVIII, las aguas del Ebro y del Besaya molieron cantidades formidables de trigo procedente de Castilla y con destino al puerto de Santander. Era lo que se denominaba el camino de las harinas.
El primer tramo o Camino de Reinosa, que atravesaba lo que sería la provincia de Santander de norte a sur, sirvió como eje industrial para numerosas empresas, sobre todo la industria harinera, que lo utilizaban para transportar sus mercancías a Santander, ya consolidado como centro mercantil, para su exportación a América.
Estas fábricas harineras eran modernas, dotadas de las afamadas piedras francesas y cilindros centroeuropeos, con sistema integrado de molienda y cernido. Nada que ver con los molinos de maquila.
Los molinos de río y los de marea molían fundamentalmente trigo y sobre todo maíz, que era el recurso panificable por excelencia. Sin embargo, la industria harinera del camino de las harinas lo hacía exclusivamente sobre el trigo.
En posteriores entradas iremos desarrollando estos tres apartados y verificando la importancia que tuvo esta industria en nuestra región, sin entrar en consideraciones tecnológicas e históricas de estos ingenios hidráulicos. Para esto les invitamos a visitar el blog: http://litoralatlantico.blogspot.com.es/ y las Webs http://www.tajamarasociacion.com/, http://www.molinosdemarea.com/, que dirigen nuestros amigos Luis Azurmendi y María Ángeles Gómez Carballo.
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