lunes, 29 de abril de 2019

LOS MOLINOS DEL CASTRO, DE CABANZÓN, ENTRAN EN AGENDA


El pasado día 27 presenté en las primeras Jornadas sobre Patrimonio Industrial en Cantabria, una comunicación sobre los molinos del Castro.

Este topónimo que aparece en todos los mapas editados por el Centro Nacional de Información Geográfica, en su hoja 57-I, titulada Puentenansa, es un gran desconocido en la zona.

En la presentación 

Se trata de la existencia de 5 molinos en una longitud del río Suspina, en los últimos de 600 metros, antes de desembocar en el río Nansa a la altura de la Central Hidroeléctrica de Herrerías, en Camijanes. En su conocimiento me ayudó Sabino Sánchez de Otero, que en su juventud vivió y jugó en las inmediaciones del río. 


El río en esta longitud discurre entre un desfiladero con paredes que en algunos lados superan los 60 metros. De ahí que los molinos fuesen únicamente de una muela –no había espacio para instalaciones más grandes- y el acceso se hacía de forma peatonal. Esto suponía que la entrada el grano y la salida de las harinas se hacía a hombros o a lomos de asnos.

Topografía del Castro de los molinos de Cabanzón
La única ventaja que tenían la ubicación de estos molinos eran los desniveles que presenta el río, en forma de pequeños saltos o cascadas, que eran aprovechadas para aumentar la energía potencial, necesaria para mover los rodetes.


Diploma acreditativo de la presentación de la comunicación 


Creo que no existe en Cantabria una zona de estas características. Estamos pues ante una posibilidad de estudiar, ordenar y preservar una zona de Herrerías donde se conjugan elementos paisajísticos, geológicos y de patrimonio industrial.  Los expertos en patrimonio industrial de la Universidad de Cantabria ya han manifestado el interés de visitar la zona.

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