En agosto del
pasado año publicamos una entrada en este blog, explicando que habíamos plantado algunas pencas
de chumbera, que habíamos pedido a un vecino de Pieño, que dispone de una muy grande
en la fachada de su casa. Las teníamos en tiestos y esta primavera las pasamos
a tierra.
Tenemos una
media docena de ellas y ya hemos iniciado la recogida de pencas – lo que en
México llaman nopales- para degustarlas. El nopal es un alimento rico en agua,
fibra, calcio y potasio. La cantidad de fibra presente disminuye las
concentraciones de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre por lo que
es muy recomendable para personas diabéticas y obesas. Las pencas del nopal,
exentas de las espinas, son obligadas en las ensaladas y en numerosos platos
como acompañamiento.
Una de las matas de Cades |
Nosotros las
cocemos con un poco de cebolla y un diente de ajo y cuando han empezado a
hervir se apagan. Se dejan enfriar y cortadas en juliana son un excelente acompañamiento
de las ensaladas. También se pueden poner a la brasa enteras y comerlas como si
fuesen un filete.
Pencas limpias preparadas para cocer |
Los mexicanos
han entendido muy bien la generosa fuente de alimento del nopal, no sólo por su
alta productividad sino también porque se encuentra disponible aún en las
condiciones más difíciles, produciendo más de 600.000 toneladas de nopal
verdura al año. Buena parte de la producción se exporta a EE. UU. En los
mercados se encuentran auténticas torres elaboradas con las pencas, para su
venta.
Lo antipático es
saber manipularlas para evitar que te queden pinchos en las manos. Pero, como todo
en esta vida, uno debe aprender a cogerlas y limpiarlas. También aprendimos a sacar
las castañas de los erizos.
Otra planta de Cades |
Para aquellos
que las quieran probar, les recomendamos lo hagan en alguno de los numerosos restaurantes
mexicanos que hay en nuestro país.
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