A
principios de septiembre, hemos pasado un par de días en Oporto, ciudad que no
visitábamos desde hacía tres años. Esta ciudad desde que fue nombrada Capital Europea de la Cultura en el 2001 y puso en valor los importantes recursos de
los que disponía, unido a las mejoras de las infraestructuras y del
transporte urbano, han hecho de ella una ciudad muy atractiva, visitada por europeos y
asiáticos. La proximidad con Cantabria y la idiosincrasia portuguesa hacen el
resto.
En
este viaje nos ha sorprendido el exquisito diseño de las cajas de conservas
portuguesas. Sabíamos que la sardina
y el gallo de Barcelos son los iconos del país vecino. Sabíamos que las conservas de sardina portuguesas son las más afamadas del
mundo, no desmereciendo el resto de las conservas de pescado pero, de lo que nunca
nos habíamos percatado, son los excelentes diseños de sus latas.
Algunos diseños de latas de conservas |
Los
diseños aparecen litografiados en las latas metálicas, en las cajas de cartón
que las envuelven o en el papel que las recubre. Son diseños modernistas, que
alternan con otros vintage, que resultan muy atractivos. Dan ganas de
adquirirlas más para apreciar los
diseños y conservarlas, que para degustarlas.
Si a
un buen contenido, le sumas un bonito continente, la operación de marketing es
perfecta. En este sentido debemos felicitar al sector conservero portugués.
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