En 1879, Alfredo Alday creo una original empresa ganadera denominada Colonia Agrícola Pólders de Maliaño. En aquél entonces, las pleamares de la bahía de Santander llegaban hasta la Maruca
de Muriedas, donde se ubica actualmente el campo de fútbol, justamente detrás de
la estación de clasificación de mercancías ferroviarias.
Para acondicionar la marisma, Alfredo viajó a Holanda para
aprender como se ganaba terreno al mar, ya que los holandeses eran auténticos expertos en estas materias.
Precisamente el termino pólders, en holandés, significa superficies
terrestres ganadas al mar.
Una vez en Cantabria y teniendo claro lo que deseaba, contrató
a una empresa francesa experta en construcción de diques y en obras de nivelación
y saneamiento de terrenos, para cerrar y desecar los 2 km2. Se construyó un muro
que sirvió de base de la actual carretera costera y de la antigua vía férrea, que unía Santander con Bilbao.
El muro de 1, 5 km de longitud impedía la entrada de aguas marinas, mientras
que las aguas pluviales salían al mar a
través de dos túneles de evacuación, dotados de compuertas que se regulaban por
las diferencias de nivel que
proporcionaban las mareas.
Instalaciones de la granja Alday. El camino de tierra del primer plano es la actual trazado de la S- 10 |
No fue fácil poner las antiguas marismas en producción,
pero una vez conseguido se dedicó a
importar ganado de diferentes razas europeas, decantándose por las frisonas –las pintas holandesas que
tanto han adornado en campo cántabro en las ultimas décadas- cuyo primer
desembarque se produjo en 1899.
De esta raza de vacas de aptitud láctea, se obtenían unas producciones
lecheras desconocidas hasta entonces, lo que animó a los tratantes pasiegos a
propiciar importaciones masivas de vacas hasta llevar, a la practica extinción, de su vaca autóctona.
Estas vacas que se desembarcaban en el puerto de Santander se conocían como
vacas del barco.Estas circunstancias conllevaron
a que Cantabria, durante algunas décadas, se convirtiera en la región exportadora de
vacas lecheras al resto de España.
El proyecto ganadero se truncó por una contaminación de
sus pastos propiciada por los vertidos de la empresa de fertlizantes S.A. Cros,
con la que compartía linderos. Las altas concentraciones de flúor
del proceso de fabricación de abonos fosfatados, favorecidas por la lluvia y
los climas húmedos, producía en los
animales bovinos adelgazamiento, pérdida de apetito, dificultades en la
masticación, cojeras, rigidez, roturas de huesos, etcétera. Era la enfermedad conocida como fluorosis.
Hoy la finca está parcialmente ocupada por diferentes
viales y por el Centro Comercial Valle
Real.
De esa arquitectura ganadera, desconocida hasta esas
fechas en nuestra región, todavía quedan algunos vestigios, como son los dos
silos torre de la finca y unos de los inmuebles adosados. Se encuentran precisamente en la calle Alday de
Maliaño, a la altura de la curva de
final de la recta de Parayas, en segunda fila de inmuebles.
Restos de las instalaciones de la finca Alday , en la calle de su nombre en Maliaño |
Estos edificios, sin duda, forman parte de memoria ganadera de Cantabria.
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