En anteriores entradas habíamos
escrito que estábamos haciendo pruebas en Cades con una serie de semillas de
frutales andinos, adquiridas en la empresa Semicol S.A. de Bogotá. www.semicol.co.
También habíamos dicho que producida
nuestra vuelta a finales de abril, los primeros semilleros los hicimos a
mediados de mayo y que una vez las plántulas habían alcanzado los 15
centímetros de altitud, las pasamos a tierra. Estamos hablando de la curuba y
esto se produjo a finales de julio.
Pues bien, en la primera espaldera
que montamos con una docena de plántulas, éstas ya han crecido por encima del
alambre superior y están empezando a dar las primeras flores, preámbulo de sus
correspondientes frutos. Es decir nos encontramos ante unas semillas que
vertidas en tierra florecen a los 6 meses y dar sus frutos –una especie de pepinos de 12 x 4 cm– en unos ocho. ¡Qué precocidad! ¡Qué
generosidad!
Noviembre del 2016. Mosaico de flores y capullos en Cades |
Las flores son axilares, solitarias y
péndulas. Los pedúnculos de entre 3 y 10
cm de largo, son de color rosa. Como todas las pasifloras son tan atractivas
que mucha gente las planta más por tener acceso a sus flores que a los frutos.
Fruto de la curuba maduro |
Sorprende que florezcan en nuestro
invierno, pero su hábitat natural en sus latitudes andinas, oscila entre los
1.800 y los 3.200 metros, casi en la
franja baja de las alturas parameras.
¡Bienvenida
la curuba en Cades!
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