martes, 5 de noviembre de 2013

ALGO MÁS SOBRE EL CUITLACOCHE

Hemos elaborado hasta ahora un par de entradas sobre esta delicia culinaria que es el cuitlacoche. Ver entradas en el apartado de gastronomía de fechas 14 de septiembre del 2012 y del 12 de mayo del presente año.  

También hemos dejado escrito que en nuestro viaje a México, de principios de año,  comíamos con frecuencia las quesadillas de cuitlacoche, en un restaurante en México DF, que estaba en la misma calle del Museo de Costumbres y Tradiciones Populares. 

Nos gustaron tanto que nos trajimos unas cuantas latas, de marca La Costeña  adquiridas a buenos precios, en el mercado de la Merced. También si algunos amigos viajan a México solemos encargarles alguna lata.  Con lo que pagas por una lata en Madrid te compras cinco en México.  

Reproducimos aquí, por su interés, un texto completo recogido en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/elpueblodelmaiz  , de fecha 19 de Enero de este año, incluida la fotografía. 

“Un aztequismo gastronómico que nos encanta es el cuitlacoche, nombre que hace referencia a un ave que se alimenta al ras del suelo de la milpa, que tendría la costumbre de dormir sobre los estercoleros del ganado, de donde le vendría el nom...bre, de “cuítlatl” excremento, y “cochi”, dormir. ¿Lo sabían?

En tiempos prehispánicos su presencia en el maíz era vista como una anormalidad, un producto indeseable porque significaba la pérdida de la mazorca. En el Códice Florentino o Historia general de las cosas de Nueva España, de Bernardino de Sahagún, donde aparece la imagen más antigua, el cujtlacochi (en náhuatl) se concibe como 'algo raro'. 

Raúl Valadez Azúa, especialista del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, coautor, junto con Ángel Moreno Fuentes (micólogo, de la Universidad de Hidalgo) y Graciela Gómez Álvarez (bióloga de la UNAM), del libro Cujtlacochi. El cuitlacoche, editado por la Universidad Nacional, explica que desde la Colonia hasta el siglo XIX el cuitlacoche o huitlacoche fue alimento de subsistencia para indígenas y campesinos. 

Comenzó a tener autonomía cultural en el siglo XX, al convertirse en alimento de la elite mexicana, hecho que coincide con la introducción de esta 'trufa' en ciertos guisos (como las crepas) de la cocina francesa (la clase alta mexicana buscaba emparentarse con lo europeo), y con el nacionalismo de mediados de siglo, lo que propicia que se le adopte como una especie de 'símbolo nacional'. 

En la actualidad, en algunos lugares de Centro y Sudamérica se le conoce, pero sólo en México se le considera un recurso aprovechable, con poco arraigo y no en todo el país: es de uso culinario en el centro de México (tacos y quesadillas), Sonora y Chihuahua (atole en la región tarahumara); se le utiliza como medicamento en Veracruz y Puebla (té para favorecer contracciones del útero); en otros sitios también se le emplea contra la erisipela y problemas de la piel; para erradicar granos, rozaduras y quemaduras. En Hidalgo, para tratar la diarrea y otros problemas digestivos. En Tlaxcala y Veracruz, como mascarilla para la piel y, por su color tan negro, como rímel. En Guerrero y Chiapas ni siquiera es alimento.



                                                     
Mazorcas  con cuitlacoche
El cuitlacoche es rico en algunos aminoácidos importantes para la nutrición, como la licina, necesaria para que el cuerpo pueda constituir sus lotes de proteínas. Tiene 123 kilocalorías por porción comestible de 100 gramos. Proporciona una cantidad significativa de fósforo, así como vitamina C y varios minerales. Su contenido energético es adecuado, aunque posee menos lípidos que otros hongos. Fuente: UNAM “



 

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