Esta entrada nos la ha
sugerido otra titulada: De Cerraos, Ferias y Tabernas, publicada en el
blog https://herreriasenlamemoria.blogspot.com/
y escrita por Luisa Barrio Acebo, vecina de Cabanzón.
Esta
señora, a la que hemos tenido el gusto de conocer, explica algunas vicisitudes de
cuando era pequeña y en concreto que siendo hija del que regentaba la taberna
de Cabanzón, se encargaba de llevar la comida a la guardia civil cuando
estaban acampados en el Prao de Ribota.
He
querido revisar mis archivos y que la propia Luisa nos diese más detalles. Sobre
lo segundo nos explica que eran 3 o 4 guardias, que disponían de una especie de cabaña
construida con varas de avellano y cubierta de ramajes para resguardarse, que
su ubicación era en el alto de la Peña Sancho, que ella llama Prao de Ribota, que es un observatorio muy importante
y que uno de ellos que debía tener hijos de la edad de Luisa, se lo recordaba
cuando la veía y que esto ocurrió sobre el año 1956. Con esta información he
visitado la zona, siguiendo las recomendaciones de la autora. Además, este
puesto de observación y vigilancia era compatible con el cuartel que había en
Cades y su desempeño consistía en dar de baja a los maquis que se movían por la
zona.
Ubicación del puesto de Vigilancia en la Peña Sancho. Croquis original de la G.C.
Sobre
este tema hemos escrito un par de entradas en nuestro blog: El cuartel de la
Guardia civil de Cades y Peña Sancho en Cabanzón, un lugar estratégico,
publicadas en octubre del 2018 y mayo del 2019, respectivamente. Efectivamente
el croquis de la segunda entrada, recoge la existencia de ese puesto de
Observación y Vigilancia, representado por una X.
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Vista desde el mirador de Peña Sancho. A la izquierda la CA-842, a la derecha la CA -855 , en medio el rio |
En
definitiva, Luisa nos ha puesto sobre la pista de algo que desconocíamos. Si los maquis habían elegido las cuevas de la
Peña Sancho como lugar estratégico para pasar los inviernos: orientadas al sur,
cerca del rio, con visión abierta a varias carreteras, la Guardia Civil independientemente de que supieran si los maquis
estaban debajo o no, habían elegido ese mismo lugar estratégico por la
visibilidad que el puesto ofrecía.
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Guardia civil retratada con la familia Teja en la venta del Vallejo. Posiblemente a algunos de estos guardias les llevaría Luisa la comida |
Para
finalizar queremos felicitar a Luisa y a ese grupo de mujeres que mantienen el
blog ya que, la lectura de sus entradas, nos
ayuda a entender como era la vida en Herrerías a mitad del siglo pasado.
POSDATA
- Las imágenes del
croquis y la de la G.C. en la Venta del Vallejo, pertenecen a Antonio Brevers,
publicadas en su obra titulada: Juanín y Bedoya, los últimos guerrilleros
- La
casa de los Teja y el edificio de la Venta, eran los inmuebles más cercanos al
puesto de observación y vigilancia