viernes, 25 de agosto de 2017

LA HUMEDAD EN EL GRANO DE MAÍZ

El secado del maíz es un proceso de gran importancia, ya que el contenido de humedad es, sin duda, la característica más importante para determinar si el grano corre el riesgo de deteriorarse durante el almacenamiento.

El exceso de humedad es muy perjudicial, tanto por la proliferación de microorganismos, nocivos para el organismo humano y para los animales, como por la posibilidad de germinación de los granos.

La humedad contenida en el grano de maíz es variable y se define como grado de humedad el por ciento del peso del grano. Este índice se refiere a la relación o proporción entre el peso de los almidones, azúcares, sacarosa, fructosa, aceite, entre otros compuestos del grano, y la cantidad de agua presente en el mismo. En consecuencia la humedad del grano aporta peso sin proveer substancias nutritivas. Si compramos maíz excesivamente húmedo debemos entender que estamos pagando agua al precio de la gramínea.

Esto lo entendieron muy bien los campesinos de la cornisa cantábrica, expuestos a pluviometrías anuales que superan los 1.000 mm,  repartidas a lo largo del año, utilizando el secado natural; aquél en que el movimiento del aire de secado se debe a la acción de los vientos y de la incidencia directa de la energía solar.


El grano de maíz llega a su madurez fisiológica cuando su contenido de humedad es alrededor del 37-38 %.  La primera práctica campesina para rebajar ese grado de humedad consiste en dejar las plantas sobre el terreno y cortar la parte superior: la espiga o flor masculina, denominado  despuntar el maíz y las hojas de la caña para permitir una mayor exposición de las mazorcas al sol. En algunos sitios doblan la mazorca para que la punta mire hacia abajo, para evitar que el agua de la lluvia penetre en el interior y también para disminuir los daños de los pájaros. Con esta operación se consigue rebajar a un 28% el grado de humedad. 
Maíz despuntado. 1ª practica de secado sobre el terreno
La siguiente práctica una vez cosechado consiste en deshojar las mazorcas y hacer con ellas grandes manojos –llamadas llezas- para finalmente colgarlas al sol en los corredores de las viviendas o de los hórreos. Estas arquitecturas tradicionales son verdaderos secaderos, antes de guardarlo en el interior.

Llezas sobre el corredor de una vivienda. 2ª practica de secado . Monforte de Lemos en 1930
El grado de humedad óptimo, tanto para realizar transacciones como para moler en el molino hidráulico, es del 14%. Es un estándar internacional y es fácilmente medible con unos aparatos que lo hacen de forma instantánea.

Infografía sobre los grados de humedad de un grano de maíz. (1)
De esta manera y por métodos naturales se consigue  eliminar el agua de los granos hasta un nivel que permite su equilibrio con el aire ambiente, preservando su aspecto, sus características de alimentos, su calidad nutritiva y la viabilidad de la semilla.



(1) Esta infografía nos deja ver al importancia de la humedad en el grano.

- En la norma I, el primer grano con un 14% de humedad es el grano perfecto y equilibrado.
- En la norma II, el segundo grano con una humedad superior, nos deja ver un grano con exceso de agua,  y por tanto con ausencia de componentes útiles del mismo.
- En la norma III, el tercer grano le ocurre lo contrario. Una humedad por debajo del 14% significa menos agua y más componentes útiles. Este grano tiene un exceso de secado.

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