La
curuba ‒passiflora mollissima‒ es una enredadera nativa de los Andes,
que crece entre los 2.000 y 3.2000 metros de altitud. Es de tallo redondo,
estriado y velloso de hasta 6 metros de largo. Las hojas son trilobadas de
color verde oscuro. Se cosechan en Bolivia, Ecuador, Chile y sobre todo en
Colombia, donde se consume en jugos, helados y postres.
Los
frutos son unas bayas elípticas, de
colores amarillos, olorosos y con
semillas y con bordes levantados.
Tienen una pulpa firme, color
amarillo o naranja, carnosa y con pequeñas semillas de color negro y es rica en
calcio, hierro, fósforo, vitaminas C, A y B1, B2 y B3.
Frutos de la curuba |
Esta
planta se cultiva sobre sistemas de soporte para planta, es decir, espalderas,
debido a que se trata de un arbusto trepador.
Durante
nuestra estancia en Colombia la degustábamos en estado natural; abiertas por la
mitad obteníamos la pulpa con una cuchara. En una visita que hicimos a Santo
Domingo de Silos colombiano ‒si, el mismo nombre que el
burgalés‒ situado en el páramo de Berlín, a una altitud
media de 2.850 metros, pudimos ver importantes plantaciones de
curuba.
Santo Domingo de Silos colombiano: a la izquierda detalle de la planta, a la derecha y de frente vista de dos plantaciones |
Ya
hemos explicado que hemos traído semillas de diferentes plantas andinas, que
nos ha permitido hacer semilleros y estamos empezando a obtener los primeros
frutos. Cuando las plántulas han alcanzado los 15 cm. hemos traslado a tierra
las primeras dos decenas y hemos construido con ellas dos espalderas de unos 20
metros de longitud, cada una. Además hemos puesto tutores en cada planta a las
que sujetamos con abrazaderas plásticas.
A la izquierda las espalderas de la plantación . A la derecha detalle de una planta |
Las
hemos plantado en un terreno al lado de casa, donde conviven con castaños y
robles. Esperemos que tengan una buena
convivencia estos árboles de tan diversas latitudes. De ahí nuestros
interrogantes.
POSDATA.
Esta entrada se la dedicamos a nuestra cuñada cucuteña Stella, tan pendiente de
lo que hacemos por aquí. Abrazos.
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