lunes, 29 de julio de 2024

PRODUCTOS CERÁMICOS INDUSTRIALES, S.A. VOTO-LIMPIAS. CANTABRIA

 

Durante la mitad del siglo pasado estuvo operativa una fábrica de material refractario ligero, junto a las vías de FEVE y muy próxima a la estación de Angustina-Limpias, aunque en el lado opuesto. Era una sociedad de capital vasco con la sede central en la calle Ercilla nº 22 de Bilbao. Se denominaba Productos Cerámicos Industriales, S.A.

Membrete de las cartas de la Sociedad 

Esta importante industria disponía de 6 secciones, a saber:

-     - Sección de molienda provisto de machacadoras de martillo y de mandíbulas y tres molinos de ruedas con sus accesorios de tamices y tolvas con capacidad de producción de 3Tn/h.        

-  - Sección de estirado provisto con dos galleteras, marca Agadi, dos amasadoras-galleteras marca Guardiola, una batidora y una cinta transportadora sin-fin.        

-    - Sección de Prensas provisto una prensa de fricción marca Guardiola, dos prensas provistas de motores de 11 HP cada una y tres prensas de mano para tubos.        

     - Sección de Secadero provisto con tres túneles de 26 m. de largo x1 x1,80 m. de sección cada túnel, calentados mediante fuel-oíl, con una capacidad diaria de 30 Tn.

Resto del triple túnel secadero. Obsérvese las vías sobre en suelo

-      -  Sección de hornos provisto de un horno circular de 60 Tn. con 9 mecheros de fuel-oíl y tres ventiladores para impulsión del fuel. Un segundo horno de 44 cámaras con capacidad de 193 Tn.  alimentado con carbón y dos ventiladores de 6 y 3 HP para el tiro forzado. Un tercer horno túnel de 46 metros de largo con capacidad para 24 vagonetas, provisto de cuatro mecheros.    

-    Taller mecánico provisto de torno, fragua, taladro, pulidora, cepilladora, esmeriladora y yunque. También disponía de una transmisión acoplada a un motor de 7,4 HP, que movía nueve máquinas del taller.

Restos de la fachada principal 

Tenía una potencia total instalada de 273 KW que le suministraba la empresa Electra Vasco-Montañesa, SA. Disponía de caseta propia para el trasformador.

Sus volúmenes medios de producción al año alcanzaban las 1.440 toneladas de productos refractarios y la materia prima utilizada era:

-       352 toneladas de serrín de corcho

-       1.920 toneladas de arcilla plástica

-       560 toneladas de fuel-oíl

Disponía de una plantilla de 57 operarios de los cuales 48 eran obreros y el resto se lo repartían entre técnicos y administrativos.

Chimenea de evacuación de humos

El edificio ha sido vandalizado, pero conserva algunos elementos que nos dejan ver las dimensiones de la industria. Conserva las paredes verticales, tejado en algunas zonas, la chimenea, los carriles internos por donde se movían las vagonetas, parte del túnel secadero. Sus instalaciones como vemos en las imágenes también están siendo colonizadas por la vegetación.


BIBLIOGRAFÍA.

Archivo Histórico Provincial de Santander. Fondo de Industria. Sección de historiales. Caja 224. Expediente 1.157 


sábado, 27 de julio de 2024

INDUSTRIAS SOTORRÍO. SANTANDER

 

Se conoce como Industrias Sotorrío a una empresa inicialmente conocida como dispensador de productos de droguería, propietaria de la Droguería Central, situada en la Plaza de La Libertad no 1, actual Plaza de Pombo, y de un almacén y oficinas en la calle Pedrueca nos 15 y 17. Industrias Sotorrío fue fundada en 1903, por su propietario José María Sotorrío.

A lo largo de su existencia tuvo diversos emplazamientos. A los ya citados, en 1941 aparece en los documentos oficiales, que se cruza con la Jefatura de Industria, su nueva ubicación en la calle Calzadas Altas nos 17 y 19 de Santander. Por último, en 1947 se traslada a Cajo, a un chalet conocido como Villa Julia, que se encontraba en el no 3 de esa localidad, tal como aparece en la cabecera de las cartas.

Membrete de las cartas en su última fase.

Industrias Sotorrío, era el fabricante de cuatro productos:

-    Limpia metales en dos variedades, marca Pulidor y Orolín

-    Cera en dos versiones; sólida y liquida para muebles y suelos, marca  El Cuco. 

-    Crema de calzado, también con la marca el Cuco

-    Flor de Manzanilla, marca Esla 

Todos los productos los envasaba en recipientes metálicos de diferentes formas y capacidades, que ellos mismos fabricaban como veremos más adelante.

La gama de productos descritos anteriormente tenían una fuerte competencia con una multinacional francesa, también asentada en Santander, como era la Société Générale des Cirages Francais S.A,  que producía similares artículos, así como trabajos litográficos en hoja de lata para otros proveedores.

También nos imaginamos que durante la posguerra  tuviesen dificultades de funcionamiento por ausencia de materias primas, al tener que manipular productos muy escasísimos, como las colofonías, la brea mineral, parafinas, aguarrás, que eran productos regulados mediante cupos.

Certificación de la Delegación de Industria. Año 1941

Para su fabricación, la empresa en sus instalaciones de Calzadas Altas y a partir de 1942, disponía de tres calderas, dos de ellas calentadas a fuego directo y la tercera con vapor. Tenía una plantilla de 15 trabajadores que trabajaban a turnos debido al escasez de materias primas aludidas anteriormente.

Los envases metálicos de sus productos se fabricaban en la propia empresa lo que le confería un carácter de empresa mixta químico-metalúrgica, muy parecida, aunque a una menor escala, a la Société Générale des Cirages Francais S.A.

Industrias Sotorrío, a partir de 1942, en sus instalaciones de Calzadas Altas, declaraba fabricar 800 kilogramos de betún mensuales y 7.000 kilogramos de ceras para suelos y muebles. Considerando que una caja normal de betún pueda contener 40 gramos de producto, significaba que al mes fabricaban unas 20.000 cajas metálicas. Para fabricar estas cantidades necesitaba 4.000 kilogramos de aguarrás y 1.200 de colofonía mensualmente. Estos eran los cupos que tenían asignados.

Para el proceso del limpia metales que se comercializaba en envases metálicos de cinco tamaños, que iban desde los 70 gramos a los 1.470, disponían de un recipiente cilíndrico de 500 litros con un agitador movido mecánicamente donde se mezclaban los componentes.

Membrete de sobre alusivo a las instalaciones en Calzadas Altas

El elemento graso para facilitar la acción del limpia metales y la conservación del brillo obtenido, se empleaba la oleína en una proporción del 12 % de su peso. Aunque su capacidad de producción era de 30.000 kilogramos mensuales, no se alcanzaban  nunca debido a los cupos restringidos de este material. La la realidad era que su producción mensual era de unos 3.000 kilogramos obtenidos con los 360 kilogramos asignados de oleína.

La oleína o ácido oleico es un líquido oleoso e incoloro. Su fórmula química es C18H34O2. Es un ácido graso monoinsaturado, es decir, que tiene sólo un doble enlace en su estructura química. Toma un color de amarillento a café cuando entra en contacto con el aire. Por hidrogenación del ácido oleico se obtiene el ácido esteárico. Es insoluble en agua, pero soluble en benceno, alcohol, éter y otros disolventes orgánicos

En el traslado último de la empresa de Calzadas Altas a Cajo, propuesto y realizado en 1947, Industrias Sotorrío declaró la siguiente maquinaria:

-   Una prensa excéntrica de cortar y embutir, marca The Dodge, capaz de prensar 8.000 piezas en una jornada de 8 horas. 

-    Tres agrafadoras; dos de marca The Dodge y una Somme. 

-     Dos pestañadoras; una The Dodge y la segunda Kircheis. 

-     Un cilindro de motor Kircheis. 

-     Una cizalla de pedal Presto. 

-     Dos roscadoras de mano Kircheis.           

-     Tres plegadoras de mano Kircheis. 

-     Una punzadora de pedal. 

-     Una batidora a motor. 

-     Un motor de 3 HP marca Siemens 

Como se observará casi toda la maquinaria servía  para el proceso mecánico de elaboración de los envases.

La fábrica cierra en 1963, tras sesenta años de funcionamiento.

BIBLIOGRAFÍA

-      -      Archivo Histórico Provincial de Cantabria. Fondo de Industria, sección de bajas. Caja 130. Carpeta 958. 

-       https://quimicsdalmauonline.com/producto/oleina-1-l/  

domingo, 21 de julio de 2024

LA INDUSTRIAL RESINERA RUTH, S.A. SANTANDER

 

En 1921 se creó La Industrial Resinera Ruth (IRRSA) como fábrica de barnices, pinturas y esmaltes en las afueras de Santander. IRRSA era una filial de La Unión Resinera Española, SA, constituida en Bilbao en 1898, de la unión de varios empresarios resineros castellanos y varios empresarios vascos. Este grupo industrial tenía una docena de factorías repartidas por el país, dedicada a la explotación de la resina de nuestros montes.

La factoría santanderina se ubicaba detrás de la siderurgia de Nueva Montaña Quijano, en Peñacastillo y los inmuebles ocupaban toda la superficie de lo que es hoy el polígono industrial Isla del óleo. En realidad eran dos fábricas; la dedicada a fabricar barnices, esmaltes y pinturas y la dedicada a la obtención de alcanfor sintético y como subproductos sulfato de sosa y ácido clorhídrico.

Imagen Aérea de IRRSA. Año 1956

Para la primera, barnices y pinturas, disponían de molinos de embudo y de cilindros, mezcladoras, filtros, prensas, fundición de copales y de resinas, mientras que, para la segunda, disponían de una instalación completa de hidroclorificadores, desclorificadores, acidificadores, destiladores y electrolisis de oxido de cromo. La obtención del alcanfor se hacía de acuerdo a una patente registrada por la propia IRRSA,

Aparte de las instalaciones productivas, el conjunto industrial disponía de un parque propio de transformación, dos calderas de cien metros cuadrados cada una, un taller de reparación, almacenes para materias primas y para productos elaborados.

Tarjetón de IRSA 

Las capacidades industriales a finales de la década de los 20, eran las siguientes:

-       Alcanfor sintético                                        300.000 kg/año.

-       Aceites de resina                                         300.000 kg/año.

-       Aceites esenciales                                         20.000 kg/año.

-       Disolventes                                                 300.000 kg/año.

-       Ácido clorhídrico comercial                        900.000 kg/año.

-       Sulfato de sosa anhidro                                850.000 kg/año.

-       Sulfato básico de cromo                              550.000 kg/año.

La procedencia de las principales materias prima utilizadas en los procesos, eran los siguientes:

-       Los pigmentos para la coloración de las pinturas se importaban de Alemania.

-       Los copales se importaban de la India y de Islas Filipinas.

-     Las colofonías y el aguarrás lo suministraban la Unión Resinera Española.

-       El albayalde, la Real Compañía Asturiana de Minas.

-       El ácido sulfúrico lo suministraba Cros, SA

-       La sal de las salinas de Torrevieja y de Cabezón de la Sal.

-       El ácido acético lo suministraba El Irati

-     El óxido de cromo y el cloruro de zinc eran importados respectivamente de Alemania e Inglaterra.


Modelos de empaques de IRRSA
En 1939 solicitan permiso a la Delegación de Industria de Santander, para instalar una nueva fábrica de celuloide ordinario, para hacerlo en planchas, tubos y varillas, con una capacidad anual de 400.000 kilogramos.

IRRSA registra su marca en 1923, en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial y durante los siguientes años va registrando las etiquetas y empaques de sus productos, -barniz temperol, esmalte especial, esmaltes para interiores y exteriores, barniz al alcohol… donde aparecen la procedencia de los mismos: Santander.

Uníón Española de Explosivos se hace cargo de IRRSA

Sin que conozcamos las causas, en 1951 son trasferidas todas las instalaciones a La Unión Española de Explosivos S A, -UEE.- ignorando la actividad de esta última en Santander.

Cabecera de las cartas de U.E.E. en Santander

BIBLIOGRAFÍA

-       https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/eu/la-union-resinera-espanola/ar-149704/

-       Archivo Histórico Provincial de Santander. Fondo de Industria. Sección de Bajas. Carpeta 122. Expediente 52.

-       Boletines Oficiales de la Propiedad Industrial, nos 892, 898, 899, 910 y 928, correspondientes a los años 1923, 1924 y 1925. En: https://spain.iprgazettes.org/

 




jueves, 18 de julio de 2024

CORDELERÍA SUCESORA DE LA VIUDA DE ELÉXPURU. SANTANDER

 

Desde 1890 existía una cordelería para la confección artesanal de hilos y cuerdas que luego se usaban para fabricar o reparar los aparejos y artes de pesca, para la gente de mar. La principal materia prima con la que se elaboraban los diferentes hilos era el cáñamo que presumiblemente procediese de alguna localidad alicantina.

El consumo de materia prima en la década de los años cuarenta, era de 1,25 toneladas de cáñamo rastrillado mensual y unas 5 toneladas de hilazas al año. Disponía de una plantilla de 5 obreros y un aprendiz. Hacían cuerda desde 1 hasta 40 m/m de diámetro, para los diferentes aparejos de pesca. Las ventas anuales se cifraban en unas 100.000 pesetas.

El taller artesanal estaba situado en la calle Tetuán no 8 y la tienda de venta de los efectos de pesca se encontraba en la calle Peña Herbosa nos 17 a 19. Hay que entender el contexto de este negocio. Hasta la construcción del barrio pesquero a partir de la década de 1950 y la construcción de la nueva lonja en la calle Marqués de la Hermida en 1963, el epicentro de las actividades pesqueras estaba en torno a la dársena de Molnedo o Puerto Chico.

Membrete de las cartas de la empresa

En esta zona estaban los barrios pesqueros – Tetuán y San Martín- el puerto pesquero, la almotacenía, los talleres de carpintería de ribera y, por estar, hasta se encontraba la Estación de Biología Marina. En este entorno nuestro taller tenía todo el sentido.

Era un taller artesanal donde los diferentes cordeles elaborados se hacían mediante una rueda de unos 120 centímetros de diámetro. La rueda se apoyaba sobre un caballete provisto de varios carretes para sujetar los hilos o hebras y éstas, al ser retorcidas y girar sobre si mismas, iban formando los cabos. La operación requería de al menos dos personas: un hilador y su ayudante que hacía girar la rueda. En los puertos de Galicia, estas operaciones las hacían las mujeres.

Se podían cablear cabos de diferentes diametros hasta conseguir cordeles del diámetro requerido. Esta tecnología estuvo muy implantada en algunos puertos pesqueros durante la primera mitad del siglo XX, como en Moaña, en la ría de Vigo, donde se conserva un pequeño museo al aire libre, que conozco.

Rueda de hacer cuerda, similar a la que utilizarían en nuestra cordelería(1)

Volviendo a nuestro taller a la muerte de M. Eléxpuru, le sustituye su viuda Benita Ibanguengoitia Maruri para, finalmente en 1943, ceder el negocio a María Dolores Goiría Azqueta. De ahí el nombre de sociedad: sucesora de la viuda de Eléxpuru. Vamos, que entre vascos, estaba el juego.

Firma de la propietaria final de la cordelería

A partir de los años 60, con la competencia de otros materiales sintéticos como el nylon, el uso de máquinas, cada vez más automatizadas, y la llegada al mercado de nuevas artes ya elaboradas, hicieron que esta actividad dedicada a la producción artesanal de hilos y cuerdas desapareciese progresivamente.

  BIBLIOGRAFÍA.

- (1) https://ailladosratos.org/es/las-carreiras-de-meira-ii-2023/

- Archivo Histórico Provincial de Cantabria. Fondo de Industria. Sección de bajas. Caja 150. Expediente 3.386. 




domingo, 14 de julio de 2024

CURTIDURÍA Y FÁBRICA DE CALZADO DE RAMÓN PEÑA. TORRELAVEGA

 

Desde 1925 en que Ramón Peña Pérez registra una marca para distinguir los calzados por él fabricados, sabemos de la existencia de esta empresa. La registra en el ferial de Torrelavega, aunque conocemos que pronto lo sustituyó su hijo, Alejo Peña Inchaurtieta que traslada las instalaciones a una finca del barrio de Pando, en Torrelavega.

Instalaciones de Ramón Peña. Imagen de: Torrelavega, Recuerdos

En las mismas instalaciones la familia Peña disponía de una curtidora y de la fabrica de calzado. Con respecto a la primera, disponía de un bombo de curtir de 5 m3 de capacidad, movido por un motor de 6 HP, tres molinetas, también de 5 m3, movidas por motores de 2 HP y cuatro noques o pozos de 6 m3 cada uno.

Esta sencilla tenería era capaz de curtir una media de 70 cueros al mes, suficientes para abastecer la fábrica de calzados de suela y becerro. Los cueros que trabajaban formaban parte del cupo asignado por El Servicio de Carnes, Cueros y Derivados.

El proceso era el siguiente: Mediante la acción del sulfuro de sodio y la cal viva conseguían separar el pelo del cuero y también de la carne adherida. Posteriormente, y en el bombo de curtir, los taninos vegetales conseguían la insolubilización de la fibra o curtido. La curtidora se encontraba en un extremo del edificio de dos plantas.


Cabecera de las cartas de hijo de Ramón Peña.

En cuanto a la fábrica de calzado, debemos conocer que la fabricación de un zapato requiere de una serie de tareas en escala bastante numerosas hasta llegar al finisaje, consistente en dar al zapato el toque final y empaquetarlos en la caja. Algunas de estas tareas son: cortar suela, coser suela al empeine y pespuntear, clavetear suela, montar, centrar, abrir y cerrar hendidos, rebajar, perforar, colocar ojetes y remaches, grabar o numerar suelas, pegar, construir tacones, igualar suelas y pieles, alisar suelas, devanar canillas, manipular hormas ….

Para todas estas tareas existen maquinas especializadas y a juzgar por el parque de maquinaria de nuestro taller, numeroso y extenso que no trascribo para no hacer excesivamente extensa esta entrada, se puede advertir que la fábrica de calzado Peña, estaba muy mecanizada, aunque era de dimensiones pequeñas.

Tenía máquinas para igualar suelas de la casa alemana Maschinenfabrik Moenus AG de Frankfurt y algunas de la casa, también alemana, Atlas Wenke de Leipzig.

Layout de la curtidora y fábrica de zapatos

En 1945 registra en el boletín de la propiedad industrial la marca CALPETO, para distinguir calzados y pisos de goma y en 1948 solicita permiso para fabricar suelas de goma para consumo propio, que le es concedido.

 

Registro de la marca  

Para ello adquirió dos máquinas budinadoras, que son unas máquinas que amasan la pasta de goma para la fabricación de suelas mediante extrusión. Las instaló en un edificio mucho más pequeño dentro de la misma finca y al lado del edificio principal.

No conocemos la plantilla de ambas actividades ni las producciones de calzado. Nos aventuramos a estimar que la plantillas podrían estar en el entorno de los cuarenta operarios y sus producciones de calzado, también en el entorno, de los 200 pares de zapatos diarios.  

Alejo Peña fallece en 1969 y la familia decide cerrar la fábrica ese mismo año.

 

BIBLIOGRAFÍA:

-    Facebook: TORRELAVEGA, RECUERDOS. https://www.facebook.com/p/Torrelavega-Recuerdos-

-    Boletín Oficial de la Propiedad Industrial no. 934 de 1925 y boletín no. 1398 de 1945. Ambos en: https://spain.iprgazettes.org/

-     Miranda Encarnación, José Antonio. 1996. La Industria del calzado en España. 1860-1959. Tesis doctoral leída en la Universidad de Alicante.

-    Archivo Histórico Provincial de Santander. Fondo de Industria. Sección de bajas. Carpeta 124. Expediente 399. 



jueves, 11 de julio de 2024

LA ICONOGRAFÍA DE LAS LATAS DE LA FÁBRICA DE CONSERVAS NORIEGA, DE UNQUERA

 

El pasado 12 de junio escribíamos una entrada sobre esta importante fábrica de conservas: https://maicesdelnansa.blogspot.com/2024/06/fabrica-de-conservas-noriega-unquera.html , donde recogíamos las marcas registradas por esta empresa en los boletines de la Propiedad Industrial.

Una marca es la representación gráfica que formará parte de la identidad corporativa de un producto manufacturado. Ya a finales del siglo XIX se empezaba a intuir que un buen diseño para la presentación de un producto es un buen negocio y que una imagen de calidad ayuda a conseguir los objetivos empresariales.

La completa e interesante exposición que está teniendo lugar en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura de Unquera, con motivo de cumplirse el primer centenario de la Junta Vecinal de ese pueblo, nos ha permitido conocer los envases –las latas- de esa conservera y como esas marcas se representan de forma policromada. Vamos a estudiar el caso de cuatro de ellas.

MODELO N.º 1

Se trata de una lata de grandes dimensiones capaz de acoger 5,8 kg. de una conserva que no describe de qué tipo se trata. Nos inclinamos a pensar que podían ser anchoas en salazón para el mercado español.

Modelo nº 1 

La lata recoge la marca registrada en 1932 consistente en una hélice de barco sobre un fondo redondeado con el nombre de la sociedad: CONSERVAS DE PESCADOS. NORIEGA.  A la vuelta de la lata aparece Unquera (Santander) que era como era conocida nuestra provincia en ese tiempo.

Entre las aspas de la hélice aparecen las siglas: M. N y U. Las dos primeras están claras, mientras la U desconocemos su significado. El propietario de la conservera se llamaba Manuel Noriega Miguelez.

El color amarillo de fondo, la marca reposando sobre las ondas de un mar, el plateado interior de la marca y de las letras del texto, nos parece muy acertadas. Había buen gusto en este diseño. 

MODELO N.º 2

Esta lata era todavía mayor que la anterior y además nos dice lo que contenía:  9 kilogramos de anchoa en salmuera o en salazón. La lata de fondo azul recoge en los bordes de la misma una banda que representa a un mar con gaviotas sobrevolándole. Los textos recuadrados escritos sobre un fondo color crema, añaden belleza a este envase. 


Modelo nº 2


El conocimiento que se tiene en el norte de España para este tipo de semiconserva, se debe a los salazoneros italianos de la región de Sicilia que se desplazaron a nuestras costas aprovechando los procesos migratorios del bocarte. Ellos se asentaron en nuestros puertos, sobre todo en Santoña, fundando empresas cuyas producciones remitían a su país. Incluso lo hacían en barriles de madera que se conocían como barriles sicilianos.

La frase  ACCIUGHE SALATE ALLA VERA CARNE es como se denominan las anchoas en Italia, que traducido es: anchoas saladas con carne de verdad, que hace alusión a que han sido curadas con sal justa, carne con carne sin apenas sal entre camadas.

Además, hasta bien entrado el siglo XX la comercialización de anchoas en salazón era bastante mayor que las fileteadas en aceite. El que quería comer anchoas las compraba sazonadas y las limpiaba en casa. Esto justifica el volumen que tienen las latas objeto de observación. Los datos que disponemos alusivos a Conservas Ortiz en San Vicente de la Barquera, para el año 1956, son de este orden: produjo 80 toneladas de anchoa en salazón, frente a 15 toneladas fileteadas en aceite. Ver https://maicesdelnansa.blogspot.com/2024/02/conservas-ortiz-en-san-vicente-de-la.html

En la imagen de la derecha recoge el nombre científico del bocarte:Engraulis encrasicholus, sin embargo, se ha deslizado un pequeño error.Su nombre es Engraulis encrasicolus, sin h. 

MODELO N.º 3

En este envase de formato más normal, destinado a envasar atún en aceite de oliva, contiene la otra marca de Noriega, registrada en 1931, un año antes que la anterior. Se asemeja a una rosa de los vientos. El diseño de la lata es más convencional, añadiendo un dato muy importante; la fecha de envasado;julio de 1931. Esto quiere decir que esta lata tiene la friolera de 93 años.   

Modelo nº 3

La forma de esta lata con esa pestaña sobresaliente en la tapa, nos lleva a un sistema de cierre mediante el estañado manual de la tapa a lata y a un sistema de apertura mediante una llave abrelatas, que introducida en esa pestaña se iba girando sobre sí misma. De esta manera la tapa se iba abriendo y enrollando sobre la llave de apertura.

Modelo de llave abrelatas

Este sistema estuvo vigente hasta hace unos cuarenta años y la llave se solía comercializar junto a la lata.

MODELO N.º 4

Modelo nº 4

Este envase, también para anchoa en salazón, no nos define la capacidad. Recoge en la tapa la marca registrada por M. Noriega más convencional y en el lateral del envase un paisaje marino donde aparece una red pesquera con sus corchos de flotación y un bocarte atrapado en la misma.Un bonito dibujo.

Los textos contenidos en dos niveles y con coloraciones diferentes tienen la novedad de ofertar el producto en tres idiomas: castellano, italiano e inglés. El diseño de esta lata es también muy bonito y muy conseguido.

Por ultimo, las latas ofrecían un dato más como eran el fabricante de las mismas: Cirages Francais-Santander

Detalle del fabricante de las latas

Société Générale des Cirages Francais era una empresa francesa asentada en Santander, conocida popularmente como la fábrica de betún. Aunque su acceso se realizaba por la calle Andrés del Rio, sus instalaciones se desperdigaban a ambos lados de la calle Tetuán,donde disponían de un pasadizo aéreo para cruzar la calle.

Membrete de las cartas de la Société Générale

Era una importante fábrica de envases metálicos sobre todo en hoja de lata -hojas de acero recubiertas de estaño- para la industria conservera, alimentaria…. .Fundada en 1877 fue  cerrada a finales de la década de 1960. Que Manuel Noriega se surtiese de Cirages era sinónimo de calidad en los envases, tal como apreciamos en la exposición de Unquera.Cualquiera de estas latas expuestas sobrepasaran los 60 años de antigüedad.

Aparte de fabricar envases metálicos litografiados, fabricaba productos químicos como betunes, ceras, pastas para pulir y limpiar metales,líquidos abrillantadores... que comercializaba en envases metálicos de su producción.

En consecuencia, nos encontramos ante una empresa mixta, metalúrgica y química, que facilitó empleo a cientos de trabajadores.   

NOTA FINAL

Esta entrada no hubiese sido posible sin la generosidad de los hermanos Cubielles,-Manoli y José Luis- que nos permitieron fotografiar los envases de Manuel Noriega. Gracias a los dos.