El pasado fin de
semana se celebraron las II Jornadas sobre el patrimonio industrial de
Cantabria. En las mismas tuve oportunidad de presentar una comunicación sobre la
carrada o camino del carbón de la ferrería de Cades. La síntesis es la
siguiente:
Presentación de la comunicación
El consumo de carbón
en las ferrerías era muy elevado. Por término medio por cada kg. de hierro
obtenido exigía 5 de combustible y, a su vez, cada kg. de carbón vegetal era el
producto de la carbonización de algo más de 5 kg. de leña.
El derecho de
dotación de las ferrerías consistía en poder acceder a leñas secas, muertas y rodadas, que
restasen después de las destinadas para consumo de los naturales y de la Corona
de los montes comunales de cada partido en dos leguas, algo más de 11
kilómetros. La concesión de este derecho obligaba a los vecinos de los pueblos
respectivos a suministrar determinadas cargas de leñas a los ferrones, mediante
el pago de un montazgo, que abonaban por adelantado.
A medida que la superficie deforestada aumentaba, las
hechuras del carbón vegetal, eran más alejadas, incluso fuera de la dotación,
creándose caminos económicos para acercar el combustible a las ferrerías, como
es el caso de la de Cades.
La hemos conocido
consultando los mapas catastrales de la riqueza rústica de 1953, en el Servicio
de Cartografía del Gobierno de Cantabria, https://mapas.cantabria.es/. Estos mapas
reflejan las fincas, los caminos y la toponimia del lugar. Su lectura permite
concretar el viejo camino, en unos ocho kilómetros de longitud, que discurre
por la ladera norte de la Sierra, entre el límite con Asturias, hasta la salida
de Otero. Ya en terrenos del núcleo de Cades descendería por la Cuesta de la
Sierra hasta la ferrería, utilizando el antiguo trazado del camino real de la
Montaña o, lo que es lo mismo, el de Liébana a la costa, por Lamasón.
Portada de la comunicación que recoge el trazado de la carrada
Este camino unía las
ventas del Fresnedo con la del Vallejo, esta última entre Otero y Cabanzón,
para cruzar el rio Nansa, por el puente el Tortorio, de 1761 en Camijanes,
único puente existente en la parte baja del rio, tal como refleja el mapa de
Tomás López, de 1774.
La carrada se
adentraba en Asturias a través de los montes de utilidad pública denominados
Merodio y Uzyabes, ambos de hayas. Este último monte perteneciente en su
totalidad a Peñamellera Baja, es colindante con el municipio cántabro de
Peñarrubia, a través de la sierra de Urgabes, cuyo cordal les separa.
Existe un legajo,
fechado en 1849, donde el propietario de la ferrería, Antonio María de Rábago y
su administrador Luis Gutiérrez Corral solicitaron:
- Del Gobernador Civil
de Santander la concesión de 9.000 carros de leña para los años 1850 a 1852 de
los montes mancomunados de Uslarres, ayuntamiento de Peñarrubia y de
Peñamellera. A.H.P.C. “Montes” Leg. 4, nº 1 y 2. 1849
- Un año antes, en 1848, solicitaba que
le concedieran 3.000 cargas de carbón en el monte Urllabes, mancomunado de
Peñamellera y Peñarrubia, a 8 mrs. la carga, a cambio de construir un camino
para sacarlo.
El investigador
Javier Soberón, buen conocedor de su municipio, Peñarrubia, me ha confirmado la
existencia de restos de carboneras en la vertiente sur de la sierra de Urgabes,
en torno los montes que rodean al puerto de las Llaves.
Sierra de Urgabes; a ambos lados de ella se carboneaba para la ferrería de Cades Aunque no conocemos
el extremo más alejado de la carrada, es lógico pensar que todo el carbón
elaborado en los montes asturianos de Peñamellera y en la vertiente norte de
los de Peñarrubia, se conducirían por la carrada de la sierra de la Collada
hasta la ferrería.
¿Cuántos carros de
carbón descargaban en la ferrería por temporada? Para contestar a esta pregunta
debemos conocer previamente algunos términos ferrones como: temporada
ferrona, cisco, quintal macho de hierro, producción media de la ferrería, fanega
de carbón, carga de carbón y carro de carbón. El calculo nos arroja que a las
carboneras de la ferrería llegaban 937 carros por temporada. De estos, ¿Cuántos
utilizaban la carrada? Esto no lo
sabemos, pero lo que si conocemos es lo que manifestaba el propietario en 1780: que los
vecinos de Bielva, Rábago, Cabanzón, Zelis, Cades y los de Lamasón, tendrán carbones
que conducir y ganarán con que poderse manejar mejor, sin perder de manejar sus
tierras. Se estaba refiriendo, ni más ni menos, a vecinos pertenecientes a tres
municipios colindantes con la ferrería.
La comunicación
completa se publicará próximamente, junto a las del resto, en el libro de actas
de las jornadas