jueves, 13 de junio de 2024

LA TOLVA DE LA DÁRSENA DE MOLNEDO

 

INTRODUCCIÓN

Se van a cumplir cuarenta años de la desaparición de un elemento del paisaje portuario de Santander. Se trataba de la conocida popularmente como la TOLVA, ubicada en el espigón sur de dársena de Molnedo, más conocida como Puertochico.

En realidad, eran dos tolvas donde los camiones cargaban arena de playa extraída del Puntal, para solventar las necesidades acuciantes de este elemento en la reconstrucción de Santander, tras el incendio de 1941.

Algunas opiniones actuales se manifiestan en la necesidad de haberlas conservado, una vez finalizada la concesión, como un elemento más de ese paisaje. Es un debate estéril puesto que ya no tiene solución.

Lo que si tiene solución es escribir algo de la historia de la empresa propietaria de las tolvas y de su explotación.

Vista de las tolvas. Imagen de Cantabria y Santander en el recuerdo

BREVE HISTORIA DE LAS TOLVAS.

Las necesidades de materiales de construcción para la reconstrucción de la ciudad de Santander, tras el incendio de 1941, fueron considerables, hasta tal punto que existe constancia de la fuerte ampliación y modernización de las tejeras existentes en la época, para proveer de ladrillos y tejas al mercado. Nos referimos a la tejera de Trascueto, en Revilla de Camargo, a La Covadonga en Muriedas o a La Nueva, en Sarón. Las tres están cerradas.

Para la elaboración de morteros, los albañiles usan una mezcla de arena, cemento Portland que hace de aglutinante y agua. Además, por cada parte de cemento se incorporan de 4 a 6 partes de arena. O. lo que es lo mismo, la arena es el componente mayoritario en la elaboración de un mortero.

En esta tesitura alguien debió pensar que la arena estaba en las playas y solicitó una concesión de explotación de esa arena. Ese alguien fue un médico de Torrelavega, Emilio Bedia Trueba, que trabajaba como traumatólogo en el sanatorio del Carmen de esa ciudad, aunque residía en Santander, en la calle Becedo.

Membrete de las cartas de la sociedad LA TOLVA

La autorización de construcción de las tolvas y explotación de la arena, fue otorgada por el Ministerio de Obras Públicas y publicado en el BOE de 21de mayo de 1946. Básicamente esa autorización recogía los siguientes apartados

-       Las obras empezarían al mes de la autorización y el plazo de ejecución de las mismas sería de 8 meses.

-   Se aprobaba el proyecto constructivo de las tolvas realizado por el ingeniero de caminos Agustín Presmanes de la Vega, confeccionado el año anterior.

 

-     El concesionario debería pagar a la Junta de Obras del Puerto de Santander un canon anual de 25 pesetas por metro cuadrado de ocupación de muelle. Este canon se revisaría año a año. 

 

-      El concesionario en concepto de derechos de paso de la mercancía por el muelle, debería pagar un canon de 0,50 pesetas por m3 de arena que pasase por la tolva. Este canon sería revisable año a año.

 

-       La concesión se entendía otorgada a título precario por un plazo ilimitado.

 

El periodo de ejecución de las mismas se fue retrasando mediante las oportunas autorizaciones, siendo la última la del 19 de febrero de 1950.

Las oficinas de la explotación se ubicaron en la calle Remedios no 4 de Santander, casualmente al lado de las instalaciones de LOSTAL en la ciudad. Lostal tenía una fábrica de prefabricados en la Avenida Candina, asi que nos imaginamos que sería un buen cliente de la sociedad La Tolva.

Sello de caucho de la sociedad La Tolva

Las tolvas en su parte superior llevaban incorporada una grúa de 14 HP de potencia compuesta por dos motores eléctricos El primero de 10 HP para elevar la arena de las gabarras a la tolva y el segundo motor de 4 HP para efectuar el giro de la grúa para introducirlo en las tolvas.

La grúa disponía de una cuchara automática para recoger la arena y su utilización diaria de descarga era de unos 100 m3 de arena. Disponía de tres gabarras, de algo más de 30 m3 de capacidad cada una, que eran descargadas diariamente en los tiempos que las pleamares lo permitían. De esta manera los consumos eléctricos eran bastante más reducidos.

Se estimaba un consumo diario de energía de 20 KW, que debía suministrarles la Electra de Viesgo, S.A.

Publicación en el B.O.E. Año 1946

En consecuencia, el circuito de esta actividad empresarial era bastante simple. Las tres gabarras se cargaban diariamente con arena de la playa del Puntal, que trasladaban hasta el costado de la tolva para su descarga. Mientras tanto los camiones, como el que aparece en la fotografía, eran cargados por el sistema de gravedad mediante la apertura manual de una compuerta.

La arena estaba literalmente empapada. En mis años de juventud recuerdo los chorretones de agua que se escapaban por las compuertas de carga de las tolvas y los que soltaban los camiones, una vez cargados, por los extremos de la caja.  

Como toda actividad marítima que se precie, las mareas, como gran parte de las actividades ligadas a la mar, serían los que les marcarían los ritmos e incluso los horarios.

Sabemos que la grúa se averió muy pronto y tuvieron que cambiarla en 1952 por otra de más potencia, que es la que aparece en las imágenes. El nuevo motor de 20 HP era de marca GEAL.

REFLEXIÓN FINAL

Hoy con los conocimientos que disponemos nadie haría un mortero con arena de playa por el salitre del mar que contiene. El salitre absorbe el agua y es el responsable de las humedades que aparecen en fachadas exteriores e interiores de viviendas, construidas en esa época.

Quiero decir que por décadas hemos estado utilizando un componente inadecuado en nuestras construcciones, sin que nadie nos advirtiera de las consecuencias.

La tolva estuvo operativa hasta la década de 1980 y me supongo que su cierre tuvo que ver con nuestro mejor conocimiento que determinó el final de la instalación por ausencia de demanda.

BIBLIOGRAFÍA

- La imagen ha sido capturada del Facebook: Cantabria y Santander en el recuerdo. A ellos le pertenece.

- El resto de la información pertenece al Fondo de Industria, Sección de bajas. Caja 143. Expediente 2363, del Archivo Histórico Provincial de Cantabria.

 


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