En el barrio La Molina de Celucos, desde 1911 y hasta hace un par de años, ha funcionado la fábrica de luz La Molina, que tomaba las aguas del arroyo del mismo nombre y que dio lugar a la Electra La Molina.
Fábrica
de luz La Molina
Esta central que
disponía de embalse propio, a través de una tubería forzada de hierro fundida
de 20cm. de diámetro, alimentaba una turbina Pelton de un único chorro, que
movía un alternador de 50 KW de potencia. La salida del agua de la turbina era nuevamente
conducida para mover los rodetes de dos molinos para maíz, situados en un piso
inferior.
Esa potencia del
alternador era suficiente para que en los primeros años suministrara energía
eléctrica, por las noches, a algunas casas de los pueblos de Cabrojo, Obeso,
Pedreo, Puentenansa, Celucos y Rioseco. Eran los tiempos en los que se usaba una
única lámpara portátil que se trasladaba al local de la casa donde se necesitase.
Detalle
del grupo generador
Lo importante de esta
central, aparte de su dilatada historia, es la existencia de una turbina que lleva grabado F.
MIRAPEIX. SANTANDER, que indica el nombre del ingeniero catalán que
trabajó inicialmente en los Talleres de San Martín, de Santander, pasando más tarde a
denominarse Corcho Hijos. En ambos periodos, pero sobre todo en el último,
Francisco Mirapeix llegó a patentar importantes modificaciones a las turbinas conocidas, que situaron a T. Corcho como un proveedor muy destacable de este tipo de
productos.
La producción de
Corcho Hijos se acercó a los tres millares de turbinas instaladas por toda
España, que podrían equivaler a una potencia de unos 45.000 KW
(1) El diseño de las turbinas estaba personalizado, de acuerdo a las
características del salto. Corcho, en vez de hacer adaptar el salto a sus
turbinas, adaptaba cada turbina fabricada al salto existente y al servicio
demandado por la instalación, poniéndole en condiciones ventajosas respecto a
industrias de la competencia sin oficina de desarrollo.
Detalle
de la turbina Mirapeix de la central la Molina
Construía
turbinas frontales, de eje horizontal y vertical; de cámaras abierta, cerrada o
espiral, eventualmente gemelas; con regulación interior o exterior; de descarga
simple o doble. Fabricación adaptada a las condiciones tan diversas de los
saltos, más aún si se piensa que la propia Corcho fabricaba reguladores de
velocidad y que los álabes de las turbinas Francis eran también patente del
ingeniero F. Mirapeix.
Nos
consta que el Colegio de Ingenieros Industriales de Cantabria, está intentando
recuperar el máximo de turbinas Mirapeix instaladas en nuestro país. Si la
central La Molina algún día decide desprenderse de ella, ya sabe a quién
dirigirse para salvaguardar tan importante legado del patrimonio industrial de Cantabria.
(1) FERNÁNDEZ ACEBO, Virgilio
y MAZA-MADRAZO PEREDA, Rodolfo. (2005) Las empresas “Corcho” de Santander en
el 150 aniversario de su fundación. Altamira LXVIII: Pp:179-256. Centro de
Estudios Montañeses. Santander.